Es un blog de Jorge Figueroa Apestegui.Medico InternistaCMP:34170 RNE:031011 Magister en Salud Publica y Docencia Universitaria UNMSM 1990-2004
viernes, 6 de octubre de 2017
Padecimiento o Enfermedad
Aunque con alguna frecuencia estos términos se emplean como intercambiables, conviene
hacer algunas diferenciaciones. En inglés a veces se usa el término “illness” para referirse al
padecimiento y “disease” para enfermedad. La distinción entre ambos términos no es sólo un
asunto académico que obedece a un estéril prurito semántico, sino que puede ofrecer alguna
ventaja práctica para médicos y pacientes.
Un paciente es “padeciente” (quien padece) aunque también quien tiene paciencia. Hoy
se considera paciente a toda aquella persona que entra en contacto con un sistema de salud,
de modo que efectivamente habría pacientes sanos; más aún, la medicina moderna aspira a
intervenir sobre ellos, antes de que se conviertan en pacientes enfermos. Aunque también se
utilizan como intercambiables hay diferencias entre paciente y enfermo, si bien de naturaleza
distinta a las que hay entre padecimiento y enfermedad.El término “enfermedad” tiene distintas connotaciones según el contexto en que se utilice.
Para propósitos taxonómicos, la enfermedad es un término convencional, en el que un
grupo de expertos se ponen de acuerdo sobre los criterios para designar un grupo de casos.
Para los patólogos es un concepto biológico; para los fisiólogos la enfermedad es expresión
de disfunciones. Para los sociólogos y los ecólogos es un asunto adaptativo. Bajo la perspectiva
de la fisiopatología, la enfermedad es un concepto explicativo, para la historia natural el
concepto de enfermedad es procesal, para los interesados en la supervivencia es un asunto
pronóstico y para los terapeutas uno decisional.
Para los clínicos la “enfermedad” es un artificio didáctico y operativo que sólo existe
en los libros y que adquiere identidad a partir de esa descripción. Esto permite cuestionar
las enfermedades bajo un punto de vista ontológico. Cuando habla de “neumonía” el texto
explica sus causas (etiología), su sustrato anatómico (anatomía patológica), sus expresiones
clínicas (sintomatología), sus riesgos (pronóstico) y su tratamiento (terapéutica). Este retrato
sirve como marco de referencia para contrastarlo con el del caso del paciente concreto,
el que se sospecha que tiene neumonía; pero en sentido estricto es tan sólo una abstracción,
creada sumariamente a partir de la observación de muchos casos, identificando las
semejanzas entre ellos y soslayando un tanto las diferencias. Pero es claro que no todas las
neumonías son iguales, que una neumonía de parecidas magnitud y localización se expresa
de manera distinta en diferentes sujetos y que la descripción de los libros puede diferir más
o menos considerablemente de lo que ocurre en los enfermos. La expresión clínica de la
enfermedad es una consecuencia ciertamente de las lesiones anatómicas, pero también de
las respuestas a la agresión (físicas, psicológicas), las enfermedades asociadas, la reserva
funcional del paciente, etcétera.
“Padecimiento”, en cambio, es lo que el paciente efectivamente tiene. Puede estar formado
por varias enfermedades simultáneas, por sólo un fragmento de la enfermedad o no
corresponder a ninguna enfermedad conocida. El enunciado en la historia clínica como “padecimiento
actual” es entonces correcto porque se trata de una relación de los síntomas y signos
de ese paciente concreto y no “enfermedad actual” porque ello significaría ya haber hecho
un diagnóstico nosológico. Éste último suele hacerse por analogía, en cuanto los síntomas
y signos del paciente se asemejan a los descritos para la enfermedad. En otras palabras, el
diagnóstico nosológico equivale a ponerle nombre de enfermedad al padecimiento. Tampoco
cabrían expresiones tales como: “la neumonía es un padecimiento…” o “¿cuál es el padecimiento
de este enfermo?”
El viejo aforismo de que “no hay enfermedades sino enfermos” alude precisamente a esta
confrontación entre enfermedad y padecimiento. El padecimiento forma parte del enfermo,
incluye no sólo sus síntomas sino todos sus concomitantes, ya sean físicos, psicológicos o
sociales, y es el objeto de estudio de los clínicos. La enfermedad es una entidad externa, que
enmarca los sufrimientos del paciente y es el objeto de estudio de los científicos. Las diferencias
entre enfermedad y padecimiento abarcan un espectro tan amplio que desconcierta al
principiante, sobre todo cuando espera la presencia de un determinado signo que no aparece,
o predice un determinado desenlace que nunca se da. Los clínicos observamos pacientes, cada
uno diferente. Más que aspirar a encasillar a cada enfermo en el compartimento de la enfermedad
que le corresponde, convendría hacer un esfuerzo por comprender lo que efectivamente
le está ocurriendo; aprovechando, claro, el marco de referencia de las enfermedades descritas
en los textos.
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