domingo, 20 de octubre de 2019

Metformina y sus posibles indicaciones

Es el fármaco recetado con más frecuencia para la DM2. Además del descenso de la glucemia, varios estudios presentaron evidencia que sugiere los posibles efectos den otras áreas terapéuticas
Autor: Yi-Wei Wang, Si-Jia He, Xiao Feng et al Drug Design, Development and Therapy 2017:11 2421–2429
Introducción
La metformina es uno de los fármacos más empleados para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) desde su autorización en el Reino Unido en 1958 y en los E.E.U.U. en 1995. Es el tratamiento de primera línea para los pacientes con DMT2 según las guías de la American Diabetes Association y la European Association for Study of Diabetes.
Metformina disminuye la absorción de la glucosa intestinal, mejora la recaptación de la glucosa periférica, disminuye la concentración de la insulina plasmática en ayunas y aumenta la sensibilidad a la insulina. Disminuye así la glucemia sin causar hipoglucemia manifiesta.
Además, metformina puede inhibir la gluconeogénesis con la activación de la proteína cinasa activada por AMP (AMPK). AMPK es un factor importante para regular el metabolismo de la energía, que cumple una función esencial en la diabetes y las enfermedades metabólicas relacionadas. La AMPK también es necesaria para mantener la homeostasis de la glucosa.
Metformina tiene pocos efectos secundarios adversos, siendo los más frecuentes los síntomas gastrointestinales (incidencia del 20%–30%), como náuseas y vómitos, y los más graves la acidosis láctica (incidencia 1/30.000), principalmente en pacientes diabéticos con disfunción hepática y renal.
Dado el empleo de metformina en todo el mundo desde hace más de 50 años, surgieron numerosos estudios sobre otras indicaciones posibles, que mostraron que metformina se puede emplear también como tratamiento para el cáncer, para el envejecimiento, como protector cardiovascular, protector neurológico o como fármaco opcional para el síndrome de poliquistosis ovárica.

Efecto antitumoral de metformina
Se descubrió que metformina es un fármaco antitumoral en un experimento con hamsters en 2001, en el que la administración de metformina de por vida previno la inducción de cáncer pancreático.
Un estudio prospectivo de casos y controles con 800.000 participantes en Escocia mostró por primera vez que metformina reducía el riesgo de cáncer en pacientes con DMT2. En este estudio metformina redujo la incidencia de varios tumores gastroenterológicos malignos en pacientes con diabetes en tratamiento.
Además de reducir la incidencia de cáncer, metformina también se asoció con disminución de la mortalidad por cáncer. Un metaanálisis reciente llegó a la conclusión de que metformina reducía la incidencia de cáncer y la mortalidad en pacientes con diabetes, en el 31% y el 34%, respectivamente.
Además, un metaanálsis sugirió que metformina era muy útil como agente adyuvante en el tratamiento del cáncer colorrectal y prostático, especialmente en los pacientes que recibían radioterapia, si bien es necesario estudiar más la dosis. Hasta ahora, varios estudios epidemiológicos informaron sobre el efecto antitumoral de metformina en diferentes tumores, como el de ovario, mama, próstata y colorrectal.
Sin embargo, algunos estudios también consideraron que metformina no tenía efecto significativo sobre el riesgo de cáncer, el tiempo de supervivencia y el riesgo de mortalidad en pacientes con DMT2, y cáncer pulmonar, mamario o prostático. Un estudio reciente informó que metformina no se asocia con mayor supervivencia en pacientes con cáncer colorrectal y DMT2.
La evidencia acumulada mostró el papel de metformina en la atenuación de la tumorigénesis. Primero se descubrió que las propiedades antitumorales de metformina se deben a dos elementos de una única vía genética – el complejo de poros nucleares (CPN), que permite el pasaje de moléculas dentro y fuera del núcleo y una enzima llamada acyl-CoA deshidrogenasa 10 (ACAD10).
Además, en el melanoma humano y el cáncer de células pancreáticas, los investigadores confirmaron que la aplicación de biguanidas limitaba el tránsito a través de los poros nucleares e inducía la expresión de ACAD10. Experimentos mostraron que metformina no puede bloquear el crecimiento de las células cancerosas si se fuerza al poro nuclear a permanecer abierto o si se cierra permanentemente ACAD10.
Esta vía proporciona un mecanismo unificado por el que metformina puede matar a las células cancerosas y prolongar la duración de la vida y en ambientes específicos el poro nuclear y ACAD10 se pueden manipular para prevenir o incluso tratar ciertos tumores malignos.
Segundo, metformina puede reducir significativamente los factores de riesgo de tumor en pacientes con DMT2, entre ellos la glucosa, la insulina y el factor de crecimiento 1 tipo insulina (IGF-1 por las siglas del inglés).
Para crear un ambiente adecuado para la progresión del cáncer, las células cancerosas habitualmente captan altas concentraciones de glucosa. Metformina, como fármaco que disminuye la glucemia, puede suspender los suministros para las células cancerosas e inhibir el crecimiento del tumor.
La insulina y el IGF-1 pueden actuar como posibles factores de crecimiento que estimulen la supervivencia celular y la mitogénesis, protegiendo a las células de la apoptosis para favorecer el desarrollo y la progresión del cáncer. En este efecto participa el receptor de la insulina y el receptor del factor de crecimiento 1 tipo insulina. (IGF-1R).
Además, la hiperinsulinemia aumenta las concentraciones de IGF-1 libre o bioactivo debido al descenso de la proteína fijadora del factor de crecimiento tipo insulina y activa así al IGF-1R.
El tratamiento con metformina puede reducir las concentraciones de insulina y IGF-1 y reducir de este modo el crecimiento celular. Tercero, la activación de las vías de señales de AMPK es también un importante mecanismo anticáncer de metformina. La AMPK activada genera procesos de conservación de energía para la supervivencia celular a expensas del crecimiento y la proliferación.
Metformina tiene otras acciones en las que interviene AMPK y que pueden estar implicadas en el cáncer, como disminución de la lipogénesis, disminución de la angiogénesis, inhibición de la síntesis de las citocinas proinflamatorias y aumento de la cantidad de linfocitos CD8(+) infiltrantes de tumores.
Pero la mayor parte de la evidencia para el tratamiento con metformina procede de estudios retrospectivos y estudios de casos y controles en lugar de estudios aleatorizados y controlados. Aún falta evidencia clínica para la actividad antitumoral de metformina en pacientes no diabéticos.
Cuadro. Dosis efectiva de metformina en distintos estudios
Tipo de acciónDosis
Efecto antitumoral500 mg/día. Cuanto mayor es la exposición a metformina, mayor es la reducción del riesgo.
Efecto antienvejecimiento0,1% de metformina en los alimentos.
Protección cardiovascularIniciar con un comprimido de 850 mg/día, seguido de 850 mg 2 x día, seguido de 1700 mg por la mañana y 850 mg por la noche.
Acción neuroprotectoraIniciar con 0,5 g 2 comprimidos x día con las comidas. Si la glucemia no desciende al séptimo día de este tratamiento, se aumentará a 1,5 g/día durante 2 semanas.
Síndrome de ovario poliquísticoDosis entre 850 y 1700 mg/día.

Efecto antienvejecimiento de metformina
El envejecimiento es un proceso complejo asociado con acumulación de daño, pérdida de funciones y aumento de la vulnerabilidad a las enfermedades, que finalmente lleva a la muerte.
El envejecimiento humano y las enfermedades relacionadas con la edad se están convirtiendo en uno de los mayores desafíos y cargas económicas de los países desarrollados y en desarrollo. Un creciente conjunto de datos mostró que metformina podía retrasar el envejecimiento y aumentar la duración de la vida en nematodos y ratones.
Otras investigaciones hallaron que metformina aumenta la duración de la vida de C. elegans. Martin-Montalvo et al mostraron que metformina a dosis bajas aumentaba la duración de la vida en un 4%–6% en diferentes crías de ratones, mientras que dosis altas eran tóxicas. Un estudio reciente determinó que la duración media de vida podría aumentar en el 14% si el tratamiento con metformina se inicia tempranamente, mientras que en la ancianidad este efecto disminuiría.
Además numerosos estudios se centran en ver si los efectos antienvejecimiento de metformina se pueden demostrar en pacientes con DMT2. En el estudio del reino Unido Prospective Diabetes Study (UKPDS), el empleo de metformina disminuyó el riesgo de enfermedad cardiovascular, la incidencia de cáncer y la mortalidad global, en relación con otros medicamentos antidiabéticos.
Un gran estudio retrospectivo de observación con más de 180.000 participantes mostró que los pacientes con DMT2 que recibían monoterapia con metformina tenían mayor supervivencia que los controles emparejados, no diabéticos; pero en este estudio no se investigó una asociación dosis-respuesta.
Intervenciones dirigidas a las vías relacionadas con el envejecimiento pueden extender considerablemente el tiempo de vida, especialmente el tiempo con salud, es decir el período de vida en que la persona es completamente funcional y no padece enfermedades crónicas.
Estas intervenciones incluyen el ayuno intermitente o prolongado, la restricción calórica leve combinada con una dieta con bajo índice glucémico y la restricción de proteínas, la inhibición del eje GH/IGF-I, la activación de las sirtuinas o de AMPK y el empleo crónico de metformina.
Por un lado, el CPN y el ACAD10 participan en la inhibición del crecimiento y la ampliación del tiempo de vida inducidos por la biguanida. Por el otro, específicamente para el envejecimiento, metformina no solo puede disminuir las concentraciones de insulina y
IGF-1, reducir la producción endógena de especies reactivas del oxígeno (ERO) y activar la AMPK, sino también influir sobre los procesos metabólicos y celulares, como la inflamación y la autofagia. En los E.E.U.U. se planea un gran estudio clínico multicéntrico sobre el efecto antienvejecimiento de metformina con 3000 participantes no diabéticos de 70–80 años.
El seguimiento será de 5–7 años y se estudiará la situación de padecer enfermedad y muerte tras el tratamiento con metformina. El objetivo es demostrar que metformina tiene un impacto positivo sobre el tiempo de vida humano en no diabéticos y en personas sanas.

Efectos protectores cardiovasculares de metformina
Aproximadamente el 70% de los pacientes diabéticos mueren por enfermedad cardíaca o enfermedad macrovascular cerebral (accidente cerebrovascular). o enfermedad macrovascular cerebral. Varios estudios clínicos mostraron que metformina tiene efectos protectores cardiovasculares y disminuye la incidencia y la mortalidad de episodios cardiovasculares.
En 1998 se publicó UKPDS, el primer estudio que determinó que metformina podía reducir significativamente el riesgo de mortalidad por todas las causas e infarto de miocardio agudo en pacientes con sobrepeso y DMT2. El seguimiento a 10 años de la cohorte superviviente del UKPDS observó que el tratamiento con metformina era de utilidad prolongada para el riesgo cardiovascular en pacientes con sobrepeso.
En relación con la sulfonilurea y la insulina, el tratamiento con metformina reduce eficazmente el riesgo de infarto de miocardio y de muerte. Estudios posteriores llegaron a conclusiones similares. Además comprobaron que metformina tiene efectos protectores cardiovasculares independientemente de sus efectos hipoglucemiantes.
Asimismo, en un estudio multicéntrico, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo se halló que entre pacientes con DMT2 con enfermedad coronaria, comparada con glipizide, el tratamiento con metformina durante 3 años disminuyó considerablemente los episodios cardiovasculares importantes en una mediana de seguimiento de hasta 5 años, lo que indica un posible beneficio del tratamiento con metformina sobre los resultados cardiovasculares en pacientes de alto riesgo.
Metformina es el único antidiabético de utilidad cardiovascular recomendado por las guías de 2013 de la AACE
Metformina puede ejercer efectos favorables para prevenir la enfermedad cardiovascular:
  1. Mejora el metabolismo lipídico y reduce la concentración de colesterol LDL mediante la activación de AMPK.
     
  2. Metformina se asoció con adelgazamiento. Se cree que este efecto se debe a que disminuye la percepción del hambre, lo que produce disminución del consumo de alimentos.
     
  3.  Un metaanálisis reciente sugirió que metformina podía disminuir la presión sistólica en pacientes no diabéticos. Los mecanismos posibles de este descenso tensional son disminución de la resistencia a la insulina y de la insulinemia, inactivación del receptor adrenérgico, reducción del calcio intracitoplásmico, inhibición del tono simpático, especialmente cuando hay alto consumo de sal y aumento de la filtración glomerular y de la excreción de sodio.
     
  4. Además metformina puede aliviar el estrés oxidativo y la respuesta inflamatoria, así como mejorar la función celular endotelial.

Efecto neuroprotector de metforminaLos estudios clínicos sobre la capacidad de metformina para mejorar la función cognitiva y reducir la incidencia de demencia en pacientes con DMT2 son contradictorios.
Un estudio halló que el tratamiento prolongado (>6 años) con metformina en pacientes con DMT2 se asoció significativamente con el riesgo más bajo de deterioro cognitivo. En otro estudio se señaló que metformina tiene mayor efecto protector sobre la esfera del aprendizaje verbal, la memoria de trabajo y la función ejecutiva, en relación con otros tratamientos antidiabéticos.
Además se comunicó que pacientes con DMT2 con metformina tienen menor riesgo de demencia que aquellos con otras medicaciones para la diabetes. También se publicó que, comparado con el no empleo de metformina, el tratamiento durante 1 año, 2 años, 2–4 años y >4 años entre ancianos con diabetes aumentó el 7% y disminuyó el 29%, 41% y 84%, respectivamente el riesgo de enfermedades neurodegenerativas (ND), entre ellas la enfermedad de Alzheimer, Huntington, Parkinson y la demencia entre ancianos, es decir que el tratamiento prolongado con metformina tiene efecto protector sobre la incidencia de enfermedades ND (American Diabetes Association, 2016).
Sin embargo, otros estudios tienen resultados diferentes. Un estudio de casos y controles del Reino Unido halló que el empleo prolongado de metformina se asoció con un riesgo levemente mayor de enfermedad de Alzheimer Un estudio reciente sugirió que los pacientes con DMT2 tratados con metformina tenían mayor riesgo de deterioro cognitivo, pero que el empleo de vitamina B12 y calcio podría haber aliviado la deficiencia de vitamina 12 inducida por metformina y mejorado los resultados cognitivos.
Se comunicó que AMPK tiene un papel importante en diversas enfermedades ND enfermedades ND. La activación de AMPK a través de un activador (metformina) puede ser neuroprotectora, debido al aumento de la angiogénesis, la neurogénesis y la inducción de autofagia.
Metformina también puede prevenir la disfunción mitocondrial cerebral, disminuir el estrés oxidativo, aumentar las concentraciones de factores neurotróficos provenientes del cerebro, mejorar el deterioro cognitivo y las deficiencias neurológicas.

Acerca del síndrome de ovario poliquístico (SOPQ)
El síndrome de ovario poliquístico es un trastorno endocrino y metabólico que se halla en mujeres en edad fértil, caracterizado por hiperandrogenismo, disfunción ovulatoria, alteración del índice LH/FSH (.2/3:1), oligomenorrea/amenorrea y ovarios poliquísticos. Aproximadamente el 50%–70% de las pacientes con SOPQ sufren resistencia a la insulina con la consiguiente hiperinsulinemia.
Estas pacientes son proclives a muchas complicaciones, entre ellas enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, hipertensión, síndrome metabólico y DT2M. Metformina se emplea para tratar el SOPQ desde 1994 y con ella se pueden revertir la mayoría de las alteraciones metabólicas.
Se cree que en el mecanismo intervienen el aumento de la sensibilidad a la insulina, el aumento de la secreción ovárica de estrógenos, la disminución de la producción ovárica de andrógenos y el aumento de la producción de globulina fijadora de hormonas sexuales. Un metaanálisis reciente demostró que metformina puede reducir la testosterona y la insulina en mujeres con SOPQ.

 Conclusión
  • Metformina es el tratamiento recetado con mayor frecuencia para los pacientes con DMT2.
  • Es un medicamento seguro y de bajo costo.
     
  • Sus indicaciones se han ampliado debido a su efecto antitumoral, antienvejecimiento, de protección cardiovascular y neurológica y como tratamiento opcional para el SOPQ.
     
  • Es necesario aclarar muchas preguntas, tales como como si estas posibles indicaciones de metformina se observan también en no-diabéticos y si los factores genéticos influyen sobre el efecto de metformina.

miércoles, 9 de octubre de 2019

Uso de antibióticos guiado por PCR en las exacerbaciones de la EPOC

Las pruebas de la proteína C reactiva pueden ser una forma de reducir el uso innecesario de antibióticos sin dañar a los pacientes que tienen exacerbaciones agudas de la EPOC
Autor: Christopher C. Butler, F.Med.Sci., David Gillespie y colaboradores  N Engl J Med 2019;381:111-20
Antecedentes
Los médicos a menudo recetan antibióticos a los pacientes con exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), especialmente aquellos con un aumento del volumen de esputo y la decoloración. Sin embargo, la evidencia que apoya la terapia con antibióticos es mixta.
Los proveedores de atención primaria son responsables de la mayoría de las recetas de antibióticos, y el mayor número general de tales recetas son emitidas por médicos de familia.
Hay razones para creer que muchas de estas recetas podrían evitarse. El uso injustificado de antibióticos impulsa la resistencia a los antimicrobianos, desperdicia recursos, puede causar efectos adversos, afecta negativamente el microbioma de los pacientes y distrae las intervenciones potencialmente más efectivas.
Las pruebas en el punto de atención para infecciones agudas están siendo promovidas por organizaciones gubernamentales, la industria, y las pautas clínicas para enfocar mejor la prescripción de antibióticos, ayudan a contener la resistencia a los antimicrobianos y mejorar los resultados del paciente.
Sin embargo, la mayoría de las evaluaciones de pruebas en el de punto de atención para infecciones agudas solo han examinado el rendimiento analítico; solo unos pocos ensayos han evaluado la efectividad de tales pruebas para mejorar los resultados en los pacientes para quienes las pruebas están destinadas a ser utilizadas.
Las pruebas en el punto de atención de la proteína C reactiva (PCR) pueden ser una forma de reducir el uso innecesario de antibióticos sin dañar a los pacientes que tienen exacerbaciones agudas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
En este estudio de los EE. UU., los investigadores buscaron determinar si las pruebas para la proteína C reactiva (PCR) podrían disminuir la prescripción de antibióticos sin comprometer los resultados clínicos.
Métodos
Los autores realizaron un ensayo multicéntrico, abierto, aleatorizado y controlado que incluyó pacientes con diagnóstico de EPOC en su registro clínico de atención primaria que consultaron a un médico en alguno de los 86 centros de prácticas médicas generales en Inglaterra y Gales por una exacerbación aguda de la EPOC.
Los pacientes fueron asignados para recibir atención habitual guiada por pruebas en el punto de atención de CRP (grupo guiado por CRP) o atención habitual sola (grupo de atención habitual).
Según los datos publicados anteriormente, se recomendó a los clínicos de los pacientes en el grupo de PCR que recetaran antibióticos cuando los niveles de PCR fueran> 40 mg / L y que no prescribieran antibióticos cuando los niveles eran <20 mg / l.  Los niveles entre 20 y 40 mg / l se consideraron un área gris.
Los centros participantes fueron provistos con unidades de prueba de CRP en el punto de atención que pueden generar resultados en pocos minutos.
Los resultados primarios fueron el uso de antibióticos informados por el paciente para las exacerbaciones agudas de la EPOC dentro de las 4 semanas posteriores a la aleatorización (para mostrar superioridad) y el estado de salud relacionado con la EPOC a las 2 semanas después de la aleatorización, medido por el cuestionario clínico de EPOC, una escala de 10 ítems con puntajes que van desde 0 (estado de salud de EPOC muy bueno) a 6 (estado de salud de EPOC extremadamente pobre) (para mostrar no inferioridad).
Se determinaron las decisiones de prescripción de antibióticos tomadas por los médicos en la consulta inicial para todos menos para un paciente, y se determinaron las recetas de antibióticos emitidas durante las primeras 4 semanas de seguimiento para el 96,9% de los pacientes.
Resultados
Un total de 653 pacientes fueron aleatorizados.
Menos pacientes en el grupo guiado por PCR informaron el uso de antibióticos que en el grupo de atención habitual (57.0% vs. 77.4%; odds ratio ajustado, 0.31; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0.20 a 0.47).
La diferencia media ajustada en la puntuación total en el cuestionario clínico de EPOC a las 2 semanas fue de −0,19 puntos (IC del 90%, de −0,33 a −0,05) a favor del grupo guiado por PCR.
Hubo un porcentaje menor de pacientes en el grupo guiado por PCR que en el grupo de atención habitual que recibieron una prescripción de antibióticos en la consulta inicial (47.7% vs. 69.7%, con una diferencia de 22.0 puntos porcentuales; odds ratio ajustado, 0.31; 95% IC, 0.21 a 0.45).
Durante las primeras 4 semanas de seguimiento (59.1% vs. 79.7%, hubo una diferencia de 20.6 puntos porcentuales; odds ratio ajustado, 0.30; IC 95%, 0.20 a 0.46).
Dos pacientes en el grupo de atención habitual murieron dentro de las 4 semanas posteriores a la aleatorización por causas consideradas por los investigadores como no relacionadas con la participación en el ensayo.
La proporción de pacientes que recibieron antibióticos fue significativamente menor en el grupo de PCR que en el grupo de atención habitual (57% frente a 77%).
 Los resultados clínicos, como el estado general de salud y la eventual necesidad de hospitalización, fueron similares en los dos grupos.
Conclusiones
Más de 600 pacientes con exacerbaciones de la EPOC que acudieron a las prácticas de atención primaria fueron aleatorizados para recibir pruebas de PCR en el punto de atención o ninguna prueba de PCR (es decir, la atención habitual).
La proporción de pacientes que recibieron antibióticos fue significativamente menor en el grupo de PCR.
La prescripción de antibióticos guiada por la PCR para las exacerbaciones de la EPOC en las clínicas de atención primaria dio como resultado un menor porcentaje de pacientes que informaron el uso de antibióticos y que recibieron recetas de antibióticos de los médicos, sin evidencia de daño.
Comentario
En este ensayo aleatorizado, las mediciones de la proteína C reactiva en el punto de atención redujeron la prescripción de antibióticos sin comprometer los resultados clínicos en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Este estudio no nos dice si los pacientes que recibieron antibióticos se beneficiaron realmente de ellos, pero sí sugiere que el tratamiento guiado por PCR de pacientes ambulatorios con exacerbaciones de EPOC es una forma segura de limitar el uso de antibióticos; la diferencia absoluta de 20 puntos porcentuales significa que en 1 de cada 5 pacientes se evitó la terapia con antibióticos.
Los médicos con acceso a pruebas de PCR de respuesta rápida deben considerar el uso de esta estrategia.

(Financiado por el Programa de Evaluación de Tecnología de Salud del Instituto Nacional de Investigación en Salud; número de ensayos controlados actuales de PACE, ISRCTN24346473)