martes, 26 de marzo de 2019

Toxicidad de los corticosteroides orales

Toxicidad de los corticosteroides orales
Revisión de la toxicidad y las reacciones adversas asociadas con el curso corto de corticoides oralesAutor: ahad Aljebab, Imti Choonara, Sharon Conroy Arch Dis Child 2016; 0:1–6. doi: 10.1136/archdischild-2015-309522
Introducción
Por más de 50 años, los corticosteroides se han utilizado en una amplia gama de condiciones médicas como herramientas terapéuticas y de diagnóstico, predominantemente por sus propiedades inmunosupresoras y anti-inflamatorias.

Se sabe que las reacciones adversas farmacológicas (RAFs) de los corticosteroides están asociadas con el tamaño de la dosis, la vía de administración y la duración de la prescripción del fármaco. Se han informado muchas RAFs, tales como:
  • Cambios del estado de ánimo y del comportamiento
  • Vómitos
  • Supresión del eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA)
  • Aumento de la presión arterial e insomnio.
La duración del tratamiento con corticosteroides varía dependiendo de la condición médica que se esté tratando y de la patología del paciente. Se han utilizado diferentes definiciones para el curso corto o tratamiento de corta duración con corticosteroides. La guía británica actual para el tratamiento del asma agudo informa el uso de corticosteroides orales durante 3 a 7 días; sin embargo, la referencia anterior (2008) recomienda el uso durante 7 a 14 días.

Si bien las RAFs causadas por los corticosteroides son bien conocidas y están documentadas en los resúmenes de las características del producto (RCPs) para los productos relevantes, la toxicidad en tratamientos de corta duración con corticosteroides orales no se ha evaluado extensamente y sus riesgos relativos no son claros.
Para ello los autores han realizado una revisión sistemática para determinar la toxicidad asociada a la corta duración del tratamiento con corticosteroides orales, para identificar las reacciones adversas más comunes y graves, y para determinar sus niveles de riesgo relativo. Se ha definido curso corto de corticosteroides orales como el uso durante 14 días o menos.

Métodos
Se realizó una búsqueda sistemática de la literatura para identificar todos los documentos que describen la toxicidad de los corticosteroides en niños. Se realizaron búsquedas en seis bases de datos hasta diciembre de 2013: MEDLINE, EMBASE, International Pharmaceutical Abstracts, CINAHL, Cochrane Library y PubMed. Las bases de datos fueron analizadas por separado y combinadas entre sí para eliminar duplicados.
La estrategia de búsqueda incluyó todos los idiomas e involucró las palabras clave “prednisona, dexametasona o betametasona", que son los medicamentos administrados más frecuentemente por vía oral a los niños durante períodos cortos. El término "corticosteroides" se añadió para cubrir todos los demás fármacos corticosteroides orales.
Las palabras clave: “toxicidad, reacción adversa, evento adverso, efecto secundario o efecto adverso” se utilizaron según lo recomendado por la Metodología de Investigación Médica  BMC para las revisiones sistemáticas de los efectos adversos. Además, se utilizó la palabra clave “seguridad” como en una revisión sistemática previa.
Se utilizaron los términos: “niño, niños, paciente pediátrico o infantil, o adolescente” recomendados por las estrategias de búsqueda de MEDLINE para cubrir el grupo de edad pediátrica. Se excluyeron los términos neonato, recién nacido y gestación. Las palabras clave “comprimido, jarabe, y VO” (abreviatura de “vía oral”) se utilizaron para cubrir todas las posibilidades de administración oral de los corticosteroides.

Se incluyeron estudios de investigación originales que evaluaron la toxicidad de los corticosteroides en niños desde los 28 días hasta los 18 años de edad. Estos incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA), series de casos, reportes de casos, estudios de cohortes y cartas. El 5% de los resúmenes seleccionados al azar fueron independientemente evaluados para su elegibilidad por un segundo revisor para tener la seguridad de que no se hubiera perdido ningún estudio relevante.
Los datos extraídos incluyeron número de pacientes, nombre del medicamento, duración del uso, diagnóstico, número y tipo de RAFs. Se excluyeron artículos de revisión, editoriales, estudios que no mostraran datos sobre RAFs, estudios en adultos, estudios incluyendo adultos y niños en los que no se presentaron los datos pediátricos por separado, y estudios en los que los corticosteroides no se administraron por vía oral y/o se aplicaron por más de 14 días.
El meta-análisis de los ECAs incluidos se realizó utilizando RevMan 5.2. Este software provisto por Cochrane se utiliza para la organización de la evaluación de la calidad de los ECAs y para llevar a cabo meta-análisis. La calidad de los ECAs incluidos se evaluó mediante la herramienta de  colaboración Cochrane para analizar el riesgo de sesgo en los estudios aleatorizados. Se excluyó cualquier estudio que mostrara un alto riesgo de sesgo en tres o más parámetros.
Los estudios de cohorte prospectivos se evaluaron mediante las listas de chequeo STROBE (Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology, Fortalecimiento del Reporte de Estudios Observacionales en Epidemiología), requiriéndose una puntuación de más del 70% para su inclusión. En otros estudios la calidad se evaluó mediante listas de chequeo de Evaluación de Tecnologías Sanitarias.
Se incluyeron todos los estudios que lograron al menos criterios satisfactorios. Todas las evaluaciones de calidad se realizaron de forma independiente para elegibilidad y fueron puntuadas por dos revisores, usando un formulario especialmente diseñado. Las discrepancias fueron resueltas por un tercer revisor.
Se calculó la incidencia de las reacciones adversas a partir de los ECAs y los estudios de cohorte prospectivos cuando la RAF era reportada por más de un estudio.

Resultados
Se identificaron en total 8.095 artículos. Treinta y ocho artículos cumplieron los criterios de inclusión y después se añadieron cuatro documentos más a partir de búsquedas bibliográficas manuales; cinco artículos fueron excluidos después de la evaluación de calidad. Los restantes artículos fueron excluidos por otras razones (vía de administración distinta a la oral, artículos de revisión, tratamiento combinado, tratamiento mayor a 14 días, etc.).

Los corticosteroides fueron utilizados para el manejo de varias condiciones médicas, incluyendo asma, bronquiolitis, crup, insuficiencia renal aguda, rinitis alérgica, fiebre del dengue, espasmos infantiles, síndrome nefrótico, leucemia aguda, púrpura trombocitopénica idiopática aguda y lupus eritematoso sistémico. La prednisolona y la dexametasona fueron los fármacos más utilizados.
Los estudios incluyeron un total de 3200 pacientes y 850 RAFs. Los ECAs representaron más de la mitad de los estudios, el 89% de pacientes y el 60% de las RAFs. Los cinco estudios de cohorte prospectivos incluyeron menos del 10% de los pacientes (n = 305), pero reportaron un tercio de las  RAFs. Los estudios de cohorte prospectivos detectaron más RAFs por paciente que los ECAs.
▸ Trece estudios evaluaron todos los posibles efectos adversos sintomáticos y uno de ellos también evaluó la supresión del Eje HPA.
▸ Cuatro estudios evaluaron sólo la presencia de vómitos, y un estudio se centró específicamente en la presencia de vómitos, náuseas y dolor abdominal.
▸ Dos estudios evaluaron sólo la supresión del eje HPA, y un estudio evaluó la presión arterial y la supresión del eje HPA.19
▸ Un estudio examinó sólo la alteración del sueño, uno el cambio de comportamiento, y uno evaluó solamente la mineralización ósea.
▸ Dos estudios se basaron en cuestionarios de respuesta de los padres a preguntas específicas sobre RAFs específicas como cambios conductuales.
▸ Un estudio evaluó la presión arterial y la glucemia del paciente.
En total, seis estudios midieron la presión arterial del paciente, cuatro estudios midieron glucemia y dos estudios midieron el peso.
Se reportaron 21 RAFs diferentes en los ECAs y los estudios de cohorte prospectivos. Los tres efectos secundarios más comunes fueron vómitos, cambios en el comportamiento y trastornos del sueño, que afectaron entre el 5,4% y el 4,3% de los niños.
Seis ECAs evaluaron la presión arterial en 369 pacientes. Los cuatro estudios informaron aumento de la presión arterial en 144 de 186 pacientes. Dos estudios no mostraron cambios en la presión arterial en 183 pacientes. En general, el 39% de los pacientes valorados mostraron aumento de la presión arterial. La definición de aumento de la presión arterial varió entre los estudios.
En un estudio se definió como presión arterial diastólica > 85 mm Hg. Se describieron aumentos medios de 3-7 mm Hg en un estudio.
Cuatro estudios (tres ECAs y un estudio de cohorte prospectivo) y una serie de casos evaluaron específicamente la supresión del eje HPA. Cuarenta y tres de los 53 pacientes analizados mostraron una supresión bioquímica del eje HPA. El meta-análisis a través de tres ECAs mostró una supresión bioquímica del eje HPA estadísticamente significativa asociada con el uso de corticosteroides orales en comparación con los corticosteroides inhalados (modelo fijo, I² = 54%, p = 0,00001, RR = 6,7).
Este riesgo fue mayor con prednisolona oral que con budesonida inhalada, fluticasona nebulizada y beclometasona intranasal.
Se reportaron 18 RAFs en los informes de series de casos y reportes de casos con un total de 51 reacciones adversas en 31 pacientes. Se informó infección por varicela zoster en tres pacientes que tomaron prednisolona por vía oral. Todos fueron internados en cuidados intensivos y uno murió.
La medicación se suspendió en 44 pacientes debido a reacciones adversas. La tasa de abandono fue del 1,4%. Los vómitos fueron la razón más común de suspensión en siete ECAs e involucró a 36 niños (35 con prednisolona y un niño con dexametasona).

Los cambios de comportamiento fueron la segunda causa más frecuente de suspensión de la medicación (cuatro niños) en dos ECAs y en un estudio de cohorte. La RAF que llevó a la interrupción del tratamiento en tres niños no se describió en un ECA.
Tres estudios compararon prednisolona (base) en comprimidos o jarabe y dexametasona oral para el riesgo de vómitos. Se reportaron vómitos en 38 de los 411 niños que tomaron prednisolona, y en 11 de los 416 niños que tomaron dexametasona. El riesgo de vómitos fue significativamente mayor con prednisolona base, en comprimidos o jarabe (modelo fijo; I² = 30%, p = 0,0001, RR = 3,62).
La solución de fosfato de sodio de prednisolona, sin embargo, tuvo menor riesgo de vómitos que los otros dos fármacos (solución de prednisolona base y dexametasona oral).
Tres estudios (un ECA, un estudio de cohorte y una serie de casos) evaluaron los cambios de peso en los pacientes. Treinta de los 84 pacientes medidos mostraron un aumento de peso. La definición de aumento del peso corporal varió entre los estudios; un estudio definió el aumento del peso corporal como de más de 500 g sobre el valor pre-tratamiento.

Discusión
El efecto secundario más grave asociado con los ciclos cortos de corticosteroides orales fue la infección debido a su acción inmunosupresora. Cinco ECAs informaron de que 20 niños experimentaron infección durante los períodos de tratamiento (incidencia 0,9%). Tres reportaron casos de niños infectados con varicela zoster, uno de los cuales murió y los otros dos fueron internados en la unidad de cuidados intensivos con complicaciones.

La supresión severa del eje HPA es otra RAF grave o potencialmente grave asociada con el uso de corticosteroides orales. Esta supresión puede conducir a crisis suprarrenal aguda inducida por estrés o retraso del crecimiento.
En cuatro estudios que específicamente buscaron esto, los niños mostraron una supresión bioquímica estadísticamente significativa del eje HPA. Una serie de casos también mostró una incidencia significativa de supresión transitoria del eje HPA en 3 de cada 11 niños que recibieron un curso de 5 días de prednisolona (2 mg/kg/día). Todos los niños regresaron a un nivel normal de secreción de cortisol endógeno dentro de los 10-12 días después de la interrupción de los corticosteroides.

En general, cuando este se midió, el 81% de los niños que recibieron corticosteroides orales de corta duración mostraron supresión bioquímica del eje HPA. Los estudios en adultos sugieren que dosis altas de prednisolona oral (50 mg/día) durante 5 días no suprimen el eje HPA. Un estudio reciente no encontró diferencias entre los cursos cortos de corticosteroides inhalados y orales en términos de supresión bioquímica del eje HPA, declarando que las consecuencias clínicas de la supresión de bioquímica necesitan mayor estudio.
Las tres RAFs más comúnmente observadas asociadas con los corticosteroides orales de corta duración fueron vómitos, cambios en comportamiento y trastornos del sueño.
Los vómitos fueron el efecto secundario más común con una incidencia de 5,4% de los pacientes y fue el motivo más frecuente de suspensión del tratamiento con corticosteroides orales. Esta revisión sistemática sugiere que la diferente forma de dosificación de la prednisolona oral tuvo una incidencia distinta en los vómitos. Fue menos probable que la solución de fosfato sódico de prednisolona cause vómitos, que otras formulaciones de solución de prednisolona base (y la solución de dexametasona).

Los cambios de humor y los trastornos conductuales fueron la segunda reacción adversa observada con mayor frecuencia con una incidencia del 4,7%. Los cambios de humor (ansiedad, hiperactividad y comportamiento agresivo) fueron significativamente más frecuentes con dosis más altas (2 mg/kg/día o 60 mg/m²/día) de prednisolona oral que con dosis más bajas (1 mg/kg/día).
En pacientes adultos, los cambios de conducta y de humor fueron claramente menos comunes con dosis de prednisolona menores a 20 mg/día en comparación con los pacientes que recibieron 60 mg/día.
El trastorno del sueño fue el tercer efecto adverso más frecuentemente observado con el uso de corticosteroides orales, con una incidencia del 4,3%. Dos estudios (un ECA y un estudio de cohorte) reportaron la presencia de trastornos del sueño en 101 niños. Un estudio observacional también informó que todos los niños que recibieron dexametasona oral para el tratamiento de la leucemia experimentaron disturbios del sueño. Un ECA informó que un bebé que recibió prednisolona oral para el tratamiento de los espasmos infantiles presentó este evento.

Los corticosteroides conducen a un aumento de la presión arterial por el aumento de la resistencia en el sistema vascular, aumentando el volumen intracelular y el aumento de la contractilidad cardíaca. En general, a pesar de que más de un tercio de los niños evaluados experimentó un aumento en la presión arterial, la mayoría no necesitó medicamentos antihipertensivos o suspensión de la medicación.
Dos pacientes con espasmos infantiles tuvieron un aumento en la presión arterial por encima de 120/90 mm Hg y recibieron diuréticos sin suspender sus medicaciones. El significado clínico de la presión sanguínea elevada después de un curso corto de corticosteroides requiere mayor estudio.

Los estudios prospectivos de cohorte fueron los más efectivos en la detección de RAFs. Los ECAs son el gold standard para determinar la eficacia de la terapia, pero a menudo tienen poco poder estadístico para evaluar la toxicidad.
En conclusión, esta revisión sistemática mostró que la RAF más grave asociada con el curso corto de corticosteroides orales fue la infección, que se informó en el 1% de los pacientes. Las RAFs más frecuentes fueron los vómitos, los cambios de comportamiento y los trastornos del sueño. El vómito fue el principal motivo de la interrupción del tratamiento. Se observó un aumento de peso en más de un tercio de los pacientes cuando éste fue evaluado.

Comentario
La administración de ciclos cortos de corticosteroides es habitual en pediatría a pesar de conocerse en líneas generales las RAFs de los mismos. La presente revisión tuvo como objetivo identificar las RAFs más comunes y graves y determinar sus niveles de riesgo relativo.
Se concluyó que las tres reacciones adversas más frecuentes fueron: vómitos (5,4%), cambios de conducta (4,7%) y trastornos del sueño (4,3%) en los pacientes evaluados. Los vómitos representaron la causa más común de interrupción del tratamiento.
La infección fue una de las reacciones adversas más graves, incluso con desenlace fatal en un caso. También, cuando se evaluaron determinados parámetros, se observó aumento de la presión arterial, del peso corporal y supresión bioquímica del eje HPA.
Este trabajo muestra un panorama amplio y concreto respecto a una indicación de alta frecuencia en la práctica pediátrica.

Resumen y comentario objetivo: Dra. María José Chiolo
Rinosinusitis crónica
Puede tener un impacto importante en la calidad de vida, afectando el sueño, el ejercicio y la actividadAutor: Alison Carter, Nikesh Dattani, Saiful Alam Hannan, Fuente: BMJ 2019; 364 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.l131 Chronic rhinosinusitis

Lo que necesita saber
  • Las opciones de tratamiento de primera línea para la rinosinusitis crónica son los corticosteroides intranasales y el enjuague salino intranasal, generalmente en combinación.
     
  • El uso persistente de descongestionantes nasales tópicos de venta libre causa la congestión nasal de rebote, conocida como rinitis medicamentosa.
     
  • La cirugía sinusal no es un tratamiento curativo, pero está orientada a desbloquear las vías y espacios sinonasales para permitir que la medicación nasal tópica sea más eficaz
Viñeta clínica
Una peluquera de 35 años le presenta a su médico general una historia de dos años de un bloqueo y secreción nasal. Cuando intentó usar un aerosol nasal de beclometasona de venta libre, no notó ninguna mejoría. Como no puede respirar por la nariz, le resulta difícil conciliar el sueño y hacer ejercicio.

La rinosinusitis crónica es una condición común con una prevalencia del 10.9% .Puede tener un impacto importante en la calidad de vida, afectando el sueño, el ejercicio y la actividad.
Los tratamientos intranasales son efectivos para la mayoría de las personas, pero deben usarse de manera correcta y regular. Este artículo ofrece un enfoque basado en la evidencia para el diagnóstico y la gestión.
Lo que debes cubrir
  • Trate de determinar cualquier factor precipitante o enfermedad asociada, y diferenciar entre bloqueo nasal estructural e inflamatorio (aunque ambos pueden estar presentes). 
     
  • Trate de establecer el efecto que los síntomas tienen sobre la calidad de vida para ayudar a dirigir la toma de decisiones conjunta y el tratamiento gradual.
Reconocer este impacto puede ser útil en la consulta, ya que los pacientes a menudo se sienten avergonzados por buscar atención médica por un bloqueo crónico o secreción nasal, ya que les preocupa que tales síntomas puedan ser percibidos como triviales.

¿El bloqueo nasal es unilateral, alterno o bilateral?
  • El bloqueo unilateral es un problema estructural, como una desviación septal congénita o postraumática, un pólipo o un tumor. La referencia para la endoscopia nasal está indicada si la causa de un bloqueo unilateral no es evidente en la rinoscopia anterior.
     
  • La obstrucción alternativa es clásica debido a la inflamación de la mucosa.
     
  • El bloqueo bilateral puede albergar problemas tanto de la mucosa como estructurales.
¿La rinorrea bilateral es clara o mucopurulenta?
La rinorrea clara sugiere etiología alérgica o vasomotora, mientras que la rinorrea mucopurulenta puede indicar una infección.
¿Hay picazón, estornudos y exceso de agua en los ojos?
Estos sugieren una causa alérgica. ¿Son estos síntomas estacionales o intermitentes (pólenes, mohos) o son perennes o persistentes (ácaro del polvo doméstico, caspa animal)?
¿Existe un desencadenante laboral o ambiental, incluido el tabaquismo activo o pasivo?
¿Hay pérdida secundaria de olfato (hiposmia) o dolor facial?
Esto es común y puede ayudar a localizar la enfermedad, pero también puede aumentar la sospecha de una causa neurológica.
Evaluar la severidad de los síntomas en leve o moderada-severa. Los síntomas moderados y severos generalmente afectan el sueño, las actividades diarias, el deporte y el tiempo libre, y el trabajo o la escuela y, por lo general, requieren un tratamiento gradual decidido conjuntamente con el paciente.
¿Hay antecedentes asociados de atopia o asma?
¿Ha habido cambios hormonales? El embarazo, la menstruación y la anticoncepción oral, así como el hipotiroidismo, pueden dar lugar a síntomas riníticos3.
Pregunte sobre el uso a largo plazo de descongestionantes nasales tópicosde venta libre. Esto es común y, según nuestra experiencia causa congestión nasal de rebote (rinitis medicamentosa) .
Verifique el historial de drogas. Varios medicamentos pueden tener efectos secundarios de los síntomas riníticos. Estos incluyen medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, antihipertensivos, antidepresivos y sedantes.
Compruebe las características clínicas de alarma o "bandera roja".
Las banderas rojas, que se extraen de la guía ENT-UK y Royal College of Surgeons of England 2016 se enumeran en el recuadro 1.
Las complicaciones orbitales y neurológicas son claramente emergencias, pero los otros síntomas requieren una referencia urgente al oído, la nariz y la garganta si quedan sin explicación.
Recuadro 1
Características clínicas de bandera roja para la rinosinusitis crónica

  •  Síntomas unilaterales
  • Cacosmia (mal olor percibido)
  • Corteza (persistente)
  • Epistaxis
  • Complicaciones orbitales (edema o eritema periorbital, disminución de la agudeza visual, diplopía, oftalmoplejía, desplazamiento del globo ocular).
  • Complicaciones neurológicas (cefalea o hinchazón frontal severa, meningismo, neurología focal)
Examen físico
Sin la endoscopia, el examen se limita a la cavidad nasal anterior, pero sigue siendo una parte importante de la evaluación.
La rinoscopía anterior se puede realizar en la atención primaria mediante el uso de un otoscopio insertado en cada fosa nasal, lo que permite el examen del septo, los cornetes inferiores, el color y la humedad de la mucosa, y si la rinorrea es clara o mucopurulenta.
Los pólipos nasales grandes pueden ser evidentes. Estos se ven típicamente como uvas grisáceas peladas, y el paciente no tendría sensación al palparlas. Los cornetes son rosados ??o rojos y dolorosos al sondear (ver fig. 1).
Tenga cuidado con los signos unilaterales persistentes, como pólipos, costras, epistaxis o pus, que pueden indicar enfermedad granulomatosa o malignidad.
Figura 1

Parte superior: cornete inferior derecho visto desde la pared nasal lateral. Es de color rosado o rojo y doloroso si se lo prueba. Parte inferior: pólipo nasal, con un aspecto característico a menudo comparado con una uva grisácea pelada. No es doloroso tocarlo. "Dr P. Marazzi / Science Photo Library"

Lo que se debe hacer
Haciendo un diagnostico
Se puede hacer un diagnóstico de rinosinusitis crónica, definida como inflamación de la nariz y senos paranasales, si hay dos o más síntomas persistentes (que duran al menos 12 semanas), uno de los cuales debe ser obstrucción nasal o secreción nasal. Los síntomas secundarios son: hiposmia o dolor facial.
Tratamiento de primera linea
Ofrezca un corticosteroide intranasal. Generalmente, un aerosol nasal es suficiente para el tratamiento de primera línea. Se prefieren la mometasona y la fluticasona porque tienen una biodisponibilidad despreciable y, por lo tanto, tienen menos posibilidades de causar los efectos secundarios sistémicos característicos de los esteroides. Ninguno se recomienda para uso a largo plazo dentro de la atención primaria. Un curso de dos semanas en atención primaria es típico en nuestra experiencia antes de la derivación a la atención secundaria para su revisión.
Para las personas con etiología alérgica presunta o probada, el tratamiento de primera línea es un esteroide nasal, ya sea solo o con un antihistamínico oral. Una segunda opción de línea es un aerosol nasal de combinación de fluticasona y azelastina.
Consejos sobre el uso de un corticosteroide nasal
Los aerosoles nasales deben usarse regularmente y no para rescate, ya que no proporcionarán un beneficio preventivo a largo plazo.
El aerosol se debe entregar con la boquilla dirigida hacia el septo de la línea media y apuntando hacia la oreja en el mismo lado. Respire suavemente después de rociar, no huela profundamente.
Las gotas nasales deben administrarse con la cabeza boca abajo (más fácilmente colgando del borde de una cama) y manteniendo esta posición durante dos minutos.
Irrigación salina
La irrigación salina nasal es un excelente tratamiento de bajo riesgo. Una revisión sistemática y un metanálisis encontraron que son útiles para aliviar los síntomas de la rinosinusitis crónica cuando se usan solos o como complemento de los esteroides intranasales.
Cuando se usa como complemento, realice una irrigación con solución salinaantes de usar el aerosol de esteroides.
Los aerosoles salinos y los dispositivos de irrigación de gran volumen más efectivos están ampliamente disponibles para comprar. La solución de irrigación salina se puede comprar pre-preparada o hecha en casa mezclando una cucharadita de sal marina y media cucharadita de bicarbonato de sodio en una pinta de agua hervida enfriada.
Polipectomia médica
Si los pólipos nasales bilaterales son claros en la rinoscopia anterior, se puede considerar la "polipectomía médica" con prednisolona oral (0,5 mg / kg durante 5-10 días) seguida de gotas de esteroides nasales.
Una revisión sistemática y un metanálisis encontraron una mejora en la calidad de vida relacionada con la salud y en la gravedad de los síntomas en pacientes con rinosinusitis crónica y pólipos nasales que tomaron corticosteroides orales en comparación con placebo o ningún tratamiento. Sin embargo, la calidad de las pruebas que respaldan este hallazgo es baja .
Antibióticos macrólidos
Debido a sus efectos inmunomoduladores, los antibióticos macrólidos se han identificado como una opción de tratamiento para la rinosinusitis crónica. Sin embargo, no se recomiendan en atención primaria debido a la evidencia limitada de beneficios y riesgos de aumentar la resistencia a los antibióticos.
Seguimiento y derivación
  • El tratamiento médico a largo plazo suele estar indicado para controlar los síntomas.
     
  • Si los síntomas no mejoran en unas semanas, verifique el cumplimiento y la técnica del dispositivo.
     
  • Si hay una mejora insatisfactoria después de tres meses de tratamiento médico a pesar del cumplimiento diligente y la técnica escrupulosa, ofrezca la referencia al especialista.
     
  • En la atención secundaria, la endoscopia nasal, las pruebas de alergia y los estudios de imagen pueden considerarse con vistas a un posible tratamiento quirúrgico. La cirugía sinusal no es curativa, pero sirve para desbloquear vías y espacios sinonasales, lo que permite una administración y efectividad óptimas de la medicación nasal tópica.

Neuropatías por atrapamiento

Neuropatías por atrapamiento
Una revisión enfocada en las mononeuropatías de los miembros inferiores.Autor: Michael P. Bowley, Christopher T. Doughty. Med Clin N Am (2018)
Introducción
Las neuropatías por atrapamiento de las extremidades inferiores pueden ocurrir por procesos benignos (por e., estiramiento el nervio peroneo por el arrodillamiento prolongado) o, por problemas médicos extremos (por ej., compresión del nervio femoral después de una hemorragia retroperitoneal).
Como tal, los síntomas y signos del atrapamiento del nervio se puede hallar en cualquier entorno médico.
Dado el dolor significativo, la pérdida de la sensibilidad, la falta de coordinación, la debilidad y discapacidad funcional que pueden resultar, esta condición puede ser atendida por internistas, clínicos y cirujanos por igual, que estén familiarizados con el síndrome de compresión y atrapamiento del nervio.
Neuropatías por atrapamiento de las extremidades inferiores
Neuropatía femoral
La neuropatía femoral es una condición rara que se manifiesta por la debilidad de la flexión de la cadera y la extensión de la rodilla, con pérdida sensitiva, e involucra al muslo anterior y medial y la parte medial inferior de la pierna.
El nervio femoral se forma dentro del músculo psoas a partir de las porciones de las raíces nerviosas L2, L3 y L4, para seguir un trayecto hacia abajo entre el psoas y los músculos ilíacos, debajo de la fascia iliaca, en el espacio retroperitoneal. La inervación motora de los músculos psoas e ilíacos proviene del nervio femoral en su trayecto a través del abdomen.
Luego, el nervio emerge en el muslo al pasar profundamente por el ligamento inguinal, lateral a la arteria femoral. Aquí se divide en una rama anterior, que brinda inervación motora los músculos sartorio y pectíneo, e información sensorial a la piel del muslo anterior y medial. La otra rama lateral da inervación motora a cuádriceps y luego continúa como nervio safeno sensitivo puro, que proporciona sensibilidad a la piel de la parte medial inferior de la pierna.
Figura 1

A) Nervio femoral. El nervio femoral surge de las raíces L2-L4 y emerge del músculo psoas; desciende a través de la pelvis hacia la fascia ilíaca para salir profundamente por el ligamento inguinal, lateral a la arteria femoral. Sitios comunes  de compresión: espacio retroperitoneal y en la profundidad del ligamento inguinal. (B) El nervio femoral suministra sensibilidad desde la parte media y anterior del muslo, y desde la parte inferior de la pierna medial (a través del nervio safeno). (De [A] Craig EJ, Clinchot DM Neuropatía femoral. en: Frontera WR, Silver JK, Rizzo TD, editores. Lo esencial de lo físico. Medicina y rehabilitación. 3ª edición. Filadelfia: Saunders; 2015, con permiso;  [B] Kim DH, Hudson AR, Kline DG. Nervio femoral en: Kim DH, Hudson AR, Kline DG, editores. Atlas de la cirugía del nervio periférico. 2ª edición. Filadelfia: Saunders; 2013, con permiso.)
La lesión del nervio femoral puede ocurrir en el espacio retroperitoneal o, cuando cruza profundamente por el ligamento inguinal. La posición sostenida durante la litotomía en, los procedimientos selectivos urológicos o ginecológicos o, durante el parto, puede provocar estiramiento o compresión excesivos del nervio femoral, en el ligamento inguinal.
La hemorragia retroperitoneal puede comprimir el nervio debajo de la fascia ilíaca poco complaciente; es muy importante si el paciente se queja de dolor abdominal concomitante o está anticoagulado.
La lesión femoral también puede ocurrir después de una cirugía o procedimiento en el triángulo femoral, como el cateterismo vascular. El diagnóstico de neuropatía femoral se basa en gran medida en el examen clínico, que muestra déficit sensitivo y motor en el territorio inervado por este nervio.
La debilidad de la flexión de la cadera es un hallazgo clave del examen para su localización; las lesiones por encima del ligamento inguinal en el espacio retroperitoneal pueden afectar la flexión de la cadera, mientras que las que están por debajo del ligamento inguinal no lo hacen.
Es importante considerar los trastornos del plexo lumbar o la radiculopatía lumbar (L2-L4) en el diagnóstico diferencial; el examen neurológico puede ayudar a diferenciarlas.
El déficit sensitivo en la parte medial proximal del muslo (inervada por el nervio obturador) o lateral del muslo (inervada por el nervio femorocutáneo) debe hacer sospechar otro diagnóstico. Del mismo modo, la debilidad del aductor de cadera (inervado por el nervio obturador) o de la dorsiflexión del tobillo (inervado por el nervio peroneo) sería inconsistente con una neuropatía femoral.
Los estudios de conducción nerviosa tienen un papel limitado para confirmar el atrapamiento del nervio femoral. La evaluación del nervio está restringida a su segmento distal al ligamento inguinal; la compresión del nervio en el abdomen o en el ligamento inguinal no puede ser demostrada en forma directa . Después de la lesión femoral unilateral, los estudios de conducción nerviosa ayudan a estimar el pronóstico.
Los pacientes con una reducción >50% de la amplitud de la respuesta motora en el lado afectado, en comparación con el lado no afectado (que se correlaciona con la pérdida del axón) más probablemente tendrán una recuperación incompleta o retrasada.
En casos de diagnóstico etiológico dudoso, puede ser útil la ecografía neuromuscular. El nervio femoral se puede visualizar en la ecografía desde 10 cm por encima hasta 5 cm por debajo del ligamento inguinal y, por lo tanto, el nervio puede ser visualizado en un sitio de atrapamiento conocido.
Las anormalidades en la forma del nervio, el área de sección transversal o la contextura pueden reforzar una sospecha clínica de atrapamiento y lesión nerviosa. Ante la sospecha de que una masa intraabdominal o hematoma son la causa de la compresión del nervio femoral, es esencial solicitar estudios de imagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM).
La identificación de un hematoma es importante, porque la intervención temprana, como la suspensión de la anticoagulación, y la posible descompresión quirúrgica, pueden ser críticas para la recuperación del paciente y el grado de discapacidad de por vida.
Aunque la descompresión quirúrgica en todos los casos es controvertida, la evidencia de inestabilidad hemodinámica y empeoramiento de la disfunción neurológica son indicaciones apropiados para la decisión quirúrgica.
El tratamiento de la mononeuropatía femoral implica eliminar o limitar los factores que conducen a la compresión nerviosa. El tratamiento es sintomático y puede incluir fisioterapia, fortalecimiento y ortesis. En general, el pronóstico es favorable; dos tercios de los pacientes muestran evidencia de mejoría funcional dentro de los 2 años del inicio de los síntoma.
Neuropatía femorocutánea lateral (meralgia parestésica)Es la lesión del nervio femorocutáneo lateral que provoca el síndrome clásico de ardor, dolor, parestesias, entumecimiento e hipersensibilidad táctil aislada de la piel de la parte anterolateral del muslo (conocido como meralgia parestésica).
Figura 2

El nervio femorocutáneo lateral se forma el nervio cutáneo femoral lateral a partir de las raíces nerviosas L2 y L3, atraviesa el abdomen y emerge en los tejidos subcutáneos del muslo, cerca de la espina ilíaca superior anterior, el ligamento inguinal y la inserción tendinosa del músculo sartorio. Este nervio sensitivo puro proporciona sensibilidad al muslo lateral, desde el trocánter mayor hasta la rótula. (De Preston DC, Shapiro BE. Plexopatía lumbosacra. En: Preston DC, Shapiro BE, editores. Electromiografía y trastornos neuromusculares. 3ª edición. Filadelfia: Saunders; 2013; con permiso.)
Es considerada la segunda mononeuropatía más común de las extremidades inferiores (después de la neuropatía peronea común). La diabetes y la obesidad son factores de riesgo conocidos. El nervio femorocutáneo lateral deriva de las raíces nerviosas L2 y L3 y toma un curso oblicuo a través del abdomen, saliendo cerca del ligamento inguinal y la espina ilíaca anterosuperior.
Su proximidad a estas estructuras en el borde pélvico coloca al nervio en riesgo de atrapamiento. Estudios anatómicos detallados demuestran una variación significativa en el curso del nervio, con algunas partes de su trayecto más asociadas al riesgo de compresión, específicamente cuando el nervio pasa sobre la cresta ilíaca, al pasar por el ligamento inguinal o dentro de la inserción tendinosa del músculo sartorio.
Las causas conocidas de neuropatía femorocutánea lateral son numerosas e incluyen las lesiones por compresión o estiramiento excesivo por ropa ajustada (pantalones, cinturones), o por un teléfono inteligente o tableta que se llevan en el cinturón apoyados con demasiada frecuencia en el regazo o, el peso de un abdomen grande en personas obesas, embarazadas o en presencia de la ascitis de la insuficiencia hepática o, la compresión aguda de un cinturón de seguridad durante un accidente vehicular.
El daño del nervio también puede ser iatrogénico, durante los abordajes quirúrgicos anteriores de la cadera o la pelvis, al insertar la clavija en la espina ilíaca anterosuperior para la fijación externa de la pelvis, o, durante la extracción de injertos óseos.
En general, el diagnóstico de meralgia parestésica es clínico y depende de una historia clínica y un examen detallados demostrando dolor, parestesias, entumecimiento o hipersensibilidad cutánea estrictamente limitada a la distribución sensitiva de este singular nervio.
El examen de un paciente con meralgia parestésica pondrá en evidencia un área muy bien delimitada de hipoestesia o anestesia restringida a la parte anterolateral del muslo, desde el trocánter femoral hasta el margen superior de la rótula, o un área más restringida dentro de estos límites.
Como el nervio femorocutáneo lateral es un nervio sensitivo puro, no debería haber déficits motores, en cuyo caso hay que diferenciar a la meralgia parestésica de una radiculopatía en L2, que presenta anomalías sensitivas similares, pero puede presentar dificultades con la flexión de la cadera debido a la debilidad muscular del psoas.
En la radiculopatía L2, las anomalías sensitivas suelen tener límites menos remarcados que la mononeuropatía femorocutánea lateral (debido a la superposición de los dermatomas sensitivos entre L2 y sus raíces nerviosas adyacentes), mientas que también puede estar involucrada la parte medial del muslo.
Para apoyar el diagnóstico se puede realizar una evaluación electrodiagnóstica del nervio femorocutáneo lateral, aunque no es una conducta rutinaria. El examen de este nervio es técnicamente problemático dada la variabilidad de su trayectoria cuando sale del abdomen y al atravesar los tejidos subcutáneos del muslo.
El tratamiento es, en gran parte, de apoyo, y la mayoría de los casos mejoran espontáneamente. En general, debe centrarse en la tranquilidad, evitando posibles factores exacerbantes, y promover la pérdida de peso cuando se considera que la obesidad es un factor influyente.
Los medicamentos anticonvulsivantes y antidepresivos pueden ayudar a reducir el dolor neuropático. Los corticosteroides o las inyecciones anestésicas y la descompresión quirúrgica rara vez se utilizan.
Neuropatía peronea La neuropatía peronea es la neuropatía compresiva más común en las extremidades inferiores. La lesión del nervio peroneo causa clásicamente una caída del pie con debilidad del tobillo, dorsiflexión de los dedos, eversión del pie, entumecimiento en la parte inferior de la pierna lateral y el dorso del pie y una marcha característica equina o steppage.
Las fibras nerviosas del nervio peroneo provienen de L4, L5 y S1. Antes de formar el nervio ciático, las raíces nerviosas transcurren por el plexo lumbosacro y se combinan con las fibras nerviosas destinadas al nervio tibial. El nervio ciático corre por la parte posterior del muslo antes de ramificarse en el peroneo común y los nervios tibiales, por encima de la fosa poplítea.
El nervio peroneo común se envuelve alrededor de la cabeza del peroné en la parte inferolateral proximal de la pierna. El nervio es propenso a la compresión o la lesión por estiramiento excesivo en el sitio de la protuberancia ósea.
Fig. 3

Trayecto anatómico del nervio peroneo. El nervio ciático se divide en nervio peroneo común y tibial en la parte posterior del muslo, proximal a la fosa poplítea. En su curso lateral, el nervio peroneo común se envuelve alrededor de la cabeza del peroné, donde es propenso a la compresión por fuerzas externas y al estiramiento excesivo.
Además de suministrar inervación motora a los músculos para la eversión del pie y la dorsiflexión del tobillo y del pie, el nervio peroneo también proporciona sensibilidad desde la cara lateral de la parte inferior de la pierna y el dorso del pie. (De Haymaker W, Woodhall B. Peripheral nerve injuries.. 2ª edición. Filadelfia: WB Saunders; 1953; con permiso.)
Por debajo de la cabeza del peroné, el nervio se divide una rama superficiales y una profunda. La rama superficial proporciona sensibilidad al dorso del pie y la cara lateral del tercio inferior de la pierna, y también la inervación motora del músculo peroneo largo, que provoca la eversión del pie.
La rama profunda proporciona sensibilidad desde el primer espacio interdigital del piel e inervación motora para la dorsiflexión del tobillo (músculo tibial anterior), los dedos de los pies (extensor largo del dedo del pie) y, el músculo extensor brevis del hallux).
La compresión del nervio peroneo ocurre más comúnmente en la cabeza del peroné, por a un trauma o una compresión externa prolongada secundaria a un efecto de masa (p. ej., quiste ganglionar), a la presión durante la inmovilización prolongada (por ej., durante la anestesia, o por la presencia de un yeso u ortesis) o, al cruce habitual de la pierna.
La delgadez o el adelgazamiento son factores de riesgo para la neuropatía peronea, presumiblemente porque la pérdida de tejido blando subcutáneo pone al nervio en mayor riesgo de compresión. El estiramiento excesivo durante la posición prolongada en cuclillas también puede dañar el nervio.
La caída del pie propia de la neuropatía peronea debe diferenciarse de las lesiones más proximales del nervio ciático, plexo lumbosacro o raíces nerviosas L4-S1, ya que todas pueden causar debilidad del tobillo, dorsiflexión de los dedos y eversión del pie.
La inversión del pie, mediada por el músculo tibial inervado por el nervio tibial posterior, no estará presente en la mononeuropatía peronea, pero podría estarlo en la mononeuropatía ciática, las lesiones del plexo lumbosacro o en la radiculopatía lumbosacra (principalmente cuando participa la raíz L5).
Antes de evaluar la inversión en un paciente con caída del pie, se debe hacer la dorsiflexión pasiva hasta una posición neutral, porque las pruebas en la posición "caída" o con la planta flexionada pueden dar como resultado una sensación de debilidad falsa.
La debilidad en la flexión plantar del tobillo (en la que intervienen los músculos gastrocnemios [gemelos] nervados por el tibial); L5-S2) o la debilidad de la abducción de la cadera (mediada por el músculo glúteo medio inervado por el glúteo superior; L5-S1) también debe despertar la sospecha de otras etiologías.
Por último, una mononeuropatía peronea aislada no afecta los reflejos tendinosos profundos, mientras que el reflejo patelar (L4) o el reflejo gastrocnemio/reflejo soleus (S1) pueden verse afectados por lesiones más proximales.
Para evaluar la neuropatía peronea son de gran utilidad los estudios electrofisiológicos en la cabeza del peroné.
La conducción nerviosa y la electromiografía con aguja pueden ayudar a localizar bien el sitio de la lesión del nervio peroneo y mostrar signos de compresión focal en la cabeza del peroné. Por otra parte, se puede evaluar la gravedad de la compresión nerviosa y la extensión de la lesión axonal, lo que da información del pronóstico.
Otras modalidades diagnósticas, como la ecografía nerviosa o la RM no se usan en forma rutinaria, pero son útiles cuando se sospecha que existe una lesión que comprime masivamente al nervio.
Un enfoque razonable sería considerar imágenes en cualquier paciente con un diagnóstico clínico o electrofisiológico de neuropatía peronea, pero que no tiene un historial claro o factores de riesgo para pensar en una compresión. En general, el pronóstico de la neuropatía peronea compresiva es favorable.
El cuidado es de apoyo, centrándose en la educación del paciente, eliminando los factores de incitación cuando sea posible, e indicando el uso de dispositivos de apoyo, como las ortesis del tobillo y del pie para ayudar con pie péndulo. Los predictores de resultados desfavorables son la evidencia de lesión por denervación en la electromiografía, la debilidad severa desde el inicio y la edad.
La descompresión quirúrgica es controvertida y la derivación quirúrgica debe limitarse a los pacientes que no mejoran a pesar de varios meses de tratamiento conservador, o que tienen síntomas progresivos sin una clara causa subyacente de atrapamiento.
La neuropatía tibial posterior (síndrome del túnel tarsal) se debe a la compresión del nervio tibial posterior en el túnel tarsal; es poco frecuente y se caracteriza por dolor, pérdida de la sensibilidad y parestesias en la parte medial del tobillo y el talón, la planta y los dedos del pie.
Los pacientes también pueden quejarse de cólicos del pie y, en casos graves, informan debilidad de la flexión de los dedos del pie y abducción, con atrofia de los músculos plantares. Los síntomas tienden a empeorar con actividades como caminar y correr y empeoran con el transcurso del día.
 El túnel del tarso se localiza en el tobillo medial, con un suelo óseo formado por la parte distal de la tibia, el astrágalo y el calcáneo, y un techo, formado por el retináculo flexor fibroso, que se extiende desde el maléolo medial hasta el hueso calcáneo. El contenido del túnel tarsal incluye el nervio tibial posterior, la arteria y la vena, así como los tendones del músculo tibial posterior, el flexor largo del dedo gordo y los músculos flexores largos de los dedos del pie.
La compresión del nervio puede ocurrir por el estrechamiento del túnel tarsal. Es sabido que ciertas posiciones del pie, particularmente la eversión y la flexión plantar del tobillo, restringen sus dimensiones.
Otras causas potenciales son la inflamación de los tejidos blandos (por ej., artritis reumatoidea, tendinitis del flexor), masa (por ej., tumor), edema (por ej., mixedema en el hipotiroidismo, picaduras, edema por sobrecarga de volumen), los trastornos vasculares (por ej., venas varicosas) o lesiones óseas (por ej., osteofitos u osteocondroma).
Fig. 4


Túnel tarsiano. Los límites anatómicos del túnel tarsiano son: un piso formado a partir de la tibia, astrágalo y calcáneo, y un techo, representado por el retináculo de los músculos flexores, que se une al maléolo interno y al calcáneo.
Su contenido incluye: parte posterior del nervio tibial, arteria y vena, tendones del tibial posterior, flexor largo del dedo gordo, y flexor de los músculos del dedo gordo. (De Del Toro DR. Neuropatía tibial. (síndrome del túnel tarsal). En: Frontera WR, Silver JK, Rizzo TD, editores. Essentials of physical medicine and rehabilitation Medicina y rehabilitación. 3ª edición. Filadelfia: Saunders; 2015; con permiso.)
El espectro de síntomas de la neuropatía tibial posterior puede variar considerablemente dependiendo de la causa de la compresión de la raíz nerviosa y la relación anatómica del nervio y sus ramas dentro del túnel tarsal.
El nervio tiene 3 ramas terminales: el nervio calcáneo medial (proporciona sensibilidad al talón medial), y los nervios plantares medial y lateral, que dan sensibilidad a los respectivos lados de la planta del pie, como así la  inervación motora de los músculos profundos de la cara plantar del pie.
El sitio donde el nervio tibial posterior se divide en cada una de sus varía, y puede ser proximal, interno o distal al túnel tarsal. Por lo tanto, el sitio de origen de las ramas nerviosas terminales en relación con el sitio comprimido puede provocar síntomas heterogéneos en cada paciente.
El síndrome del túnel tarsal es raro, por lo que la presencia de dolor de pie y síntomas sensit6ivos suele tener otra explicación. Otros trastornos neurológicos para considerar son la radiculopatía (L4-S1), la neuropatía tibial proximal, la polineuropatía y el neurinoma de Morton.
Los cuadros que se asemejan a estas neuropatías son los espolones calcáneos o las bursitis, la tendinitis del flexor largo del dedo gordo o de los flexores de los dedos o, la fascitis plantar.
El examen de un paciente con sospecha de síndrome del túnel tarsal debe incluir el examen de la sensibilidad cuidadoso que confirme las anomalías limitadas al talón, la planta del pie y los dedos de los pies, así como el examen motor, para evaluar la debilidad de la flexión o la abducción de los dedos.
La evidencia de pérdida franca de la sensibilidad ayuda a limitar el diagnóstico diferencial a las condiciones neurológicas y a descartar los cuadros miméticos musculoesqueléticos.
Se han propuesto muchas maniobras provocativas que pueden ayudar a hacer el diagnóstico. El signo de Tinel, caracterizado por la aparición de parestesias en la distribución del nervio cuando se percute el túnel tarsal, tiene poca sensibilidad y puede ser positivo tanto en pacientes con polineuropatía como en sujetos normales.

Las maniobras de provocación adicionales son las siguientes:
  1. Prueba de la dorsiflexión-eversión: se realiza la dorsiflexión pasiva y la eversión del tobillo durante 5-10 segundos. Es positiva si produce dolor o entumecimiento en el tobillo o la planta del pie.
     
  2.  La prueba de Trepman: se realiza la flexión plantar pasiva y la inversión del pie. Es positiva si provoca dolor o entumecimiento en el tobillo o la planta del pie.
     
  3. Prueba de la compresión triple, que combina las pruebas de Trepman y Tinel.

Las pruebas de más utilidad diagnóstica son la dorsiflexión-eversión y la triple compresión, con sensibilidades y especificidades de 0,98 y 1,00 y 0,86 y 1,00, respectivamente. La importancia de los estudios de conducción nerviosa es cuestionable porque no existe información confiable acerca de su sensibilidad y especificidad.La RM y la ecografía del túnel tarsal pueden confirmar una sospecha clínica del trastorno y ofrecer más información sobre el tipo de compresión. La ecografía ofrece mayor posibilidad de detectar la compresión si se hace en condiciones dinámicas.
El tratamiento recomendado para el síndrome del túnel tarsal es el conservador, especialmente en ausencia de debilidad motora o atrofia. Esto puede incluir ortesis personalizadas, vendaje, estiramientos, aparatos ortopédicos, masajes y medicamentos antiinflamatorios y analgésicos.
Si hay debilidad, se deben solicitar imágenes y derivar al paciente al traumatólogo cirujano, para efectuar la descompresión mediante microcirugía, aunque es importante tener en cuenta que la evidencia sobre la eficacia de la liberación del túnel tarsal es en gran parte equívoca.
Guías futuras y resumen
Las neuropatías compresivas son una causa común de debilidad y pérdida sensitiva en la pierna, y puede conducir a una discapacidad funcional importante. Para cualquier médico de cualquier disciplina es importante estar familiarizado con los síntomas, signos y factores desencadenantes que contribuyen a la compresión del nervio.
A menudo, para establecer el diagnóstico es suficiente el examen cuidadoso y, cuando hay dudas, la electrofisiológica y las imágenes, incluida la ecografía neuromuscular, las que pueden ofrecer valiosa información adicional.
Para los pacientes con síntomas sensitivos, transitorios o puros, está indicado el tratamiento conservador, incluyendo la evitación de los factores desencadenantes y el fortalecimiento, lo que suele ser suficiente para la recuperación. Cuando se evidencia debilidad motora progresiva, se debe considerar la cirugía descompresiva.
Resumen y comentario objetivo: Dra. Marta Papponetti