jueves, 28 de febrero de 2019

Control de Infecciones en Huéspedes Inmunocomprometidos
Se hace un resumen de los cuidados especiales que hay que tener con los pacientes inmunodeprimidos.Autor: Enf. Elena Andión Fuente: Artículo de revision  
 
Desarrollo
Un huésped inmunocomprometido es un paciente que ya sea por su enfermedad de base (por ej. tumores sólidos o líquidos) o por su tratamiento (por ej. quimioterapia o radioterapia) presenta alteraciones en su sistema inmunológico y es  susceptible de adquirir infecciones, especialmente intrahospitalarias.
Aislamiento
Además de las Precauciones Estándar, el paciente debe ser tratado siguiendo las recomendaciones especiales denominadas "Precauciones para pacientes neutropénicos o transplantados".  El objetivo de las Precauciones para pacientes neutropénicos o transplantados es reducir el riesgo de infecciones hospitalarias en pacientes inmunocomprometidos (neutropénicos, con transplante de órganos) debidas a hongos como Aspergillus sp. , Phycomycetes, Trichosporum y otras especies.
Las mismas son necesarias para algunos huéspedes inmunocomprometidos:

-Pacientes con granulocitopenia prolongada y severa (más de 7 días)

-Pacientes con síndrome de inmunodeficiencia combinada y severa

-Pacientes receptores de transplante de órganos con altas dosis de drogas inmunosupresoras, que son normalmente usadas en los tratamientos de rechazo.
Se sugiere colocar en la puerta de la habitación alguna señal o cartel (Tarjeta de aislamiento),  consignando los cuidados especiales  que estos pacientes requieren. Los pacientes con inmunosupresión o neutropenia deben ser ubicados en una habitación privada.
Ejemplo de inmunosupresión :

Paciente en la etapa previa al transplante, a partir del inicio de la inmunosupresión, y durante el post transplante inmediato.

Ejemplo de neutropenia:
Paciente con un conteo absoluto de neutrófilos inferior a 500.
Cuando el paciente tiene un conteo absoluto de granulocitos que excede los 1000 por mm3, las precauciones pueden suspenderse.

Características de la habitación del paciente
La habitación debe construirse con la menor cantidad de ángulos posibles, ya que en ellos puede depositarse polvo y dificultar las tareas de limpieza.  Por la misma razón, se debe disminuir al mínimo posible, los elementos presentes en la habitación. Las paredes y techos no deben presentar soluciones de continuidad y deben estar construidos con materiales no porosos. El material de las paredes antiflama puede constituirse en un reservorio de esporas fúngicas. La pintura debe ser de tipo "Epoxi", resistente y fácil de lavar sin sufrir deterioros importantes.
Las paredes no deben empapelarse ni colocarse posters o carteles sobre ellas. Los pegamentos o adhesivos especiales que se usan para su sostén,  permiten  el crecimiento de hongos, lo que se favorecido por la humedad que pueda formarse entre la pared y el papel. No deben utilizarse alfombras,  ya que pueden contener ácaros, polvo y esporas de hongos, los que se remueven con el solo hecho de caminar sobre ellas. Brotes por Aspergillus sp. han podido asociarse con el uso de alfombras en habitaciones de pacientes sometidos a transplante de médula ósea.
Pueden utilizarse cortinas en las ventanas. Las mismas deben lavarse por lo menos una vez por semana. Las cortinas de PVC suelen ser prácticas por su facilidad de lavado y secado.
Aire
Las habitaciones deben contar con aire filtrado, con filtros HEPA.  Esto es indispensable en pacientes sometidos a transplante de médula ósea. Le siguen en prioridad, los pacientes con  quimioterapia inductora debido a leucemia aguda y los pacientes transplantados que reciben terapia antirechazo.
Los filtros Hepa son capaces de filtrar esporas fúngicas y partículas de hasta 0,3 micrones presentes en el aire con una eficiencia del 99,99 %. Los filtros de aire comunes no cuentan con esa capacidad y por lo tanto no resultan suficientes. Estudios realizados han demostrado su utilidad en pacientes sometidos a transplante, especialmente en la reducción de esporas de Aspergillus.
Hay dos sistemas diferentes de filtros HEPA.
-Filtros integrados en los sistemas centrales

-Filtros individuales ubicados en los techos.
La presión debe ser positiva dentro de la habitación en relación con las áreas adyacentes y los recambios de aire por hora no deben ser inferiores a 12. Algunas bibliografías ubican el número de recambios de aire horarios en un rango entre 9 y 16. En la medida de  lo posible se recomienda que la inyección de aire filtrado se mantenga durante las 24 horas. Cuando esto no es posible, no ingresar al paciente a la habitación hasta que haya pasado una hora a partir del inicio de la inyección de aire filtrado.
Cuando los ingenieros de aire deban cambiar filtros,  reparar o trabajar con los sistemas de aire,  deben avisar al personal de la unidad para que, siempre que sea posible, el  paciente se retire  de la habitación utilizando un barbijo  N 95 y no ingrese hasta 30 minutos después de realizado el cambio de filtros o reparaciones necesarias en el sistema de aire. Los trabajos no podrán realizarse sin la autorización del personal de la unidad. Los ingenieros de aire deben informar de los cambios de filtros y monitoreos al personal de la unidad y contar con su autorización para realizarlos.
Puertas  y  Ventanas: Las ventanas deben permanecer herméticamente cerradas.
Las puertas  deben estar cerradas todo el tiempo.
Se debe cuidar que no ingrese aire exterior a través del cuarto de baño de la habitación.
Plantas y flores:No debe haber plantas frescas, naturales o artificiales, ni flores secas o frescas, tanto en la habitación del paciente como en los corredores o pasillos adyacentes debido a que pueden sostener la presencia de esporas de aspergillus y otros hongos e inclusive bacterias. Estas últimas suelen estar presentes en  flores frescas cortadas y en floreros.
Esta recomendación carece de suficiente evidencia científica y puede ser considerada controvertida. Sin embargo,  se han encontrado esporas de Aspergillus en plantas ornamentales como cactus, flores secas y flores frescas y  aunque  no han podido ser asociadas directamente con infecciones en los pacientes, la exclusión de las mismas de las habitaciones y adyacencias parece ser una medida prudente, por lo menos hasta que la evidencia científica al respecto resulte más concluyente.
Traslado del paciente
Si el paciente debe dejar la habitación  con aire filtrado por diferentes razones (Por ej. traslado a radiología, tomografía, etc.) debe utilizar un barbijo N 95. Con los pacientes pediátricos pueden surgir algunas dificultades,  ya que no todos los barbijos se adaptan bien a la forma y tamaño de la cara y pueden quedar hendijas por las que entre aire contaminado con esporas fúngicas.

Higiene de la habitación
Cuando se realicen tareas de limpieza dentro de la habitación del paciente, se recomienda que, si es clínicamente posible,  el paciente permanezca fuera de la misma (con barbijo N 95), desde su inicio y hasta  30 minutos después de  finalizada. La remoción del polvo, pueden vehiculizar esporas de Aspergillus u otros hongos. Si permanece dentro de la habitación, debe colocarse un barbijo N 95 mientras se realicen las tareas de limpieza y no sacarlo hasta 30 minutos después de finalizadas.
La inyección de aire filtrado debe mantenerse mientras se realizan éstas tareas.  Deben limpiarse  y desinfectarse en forma diaria:  todas las superficies cercanas al paciente (Unidad del paciente), las paredes hasta 1,60 metros, estantes, armarios, superficies desplegables o adosadas a paredes y los baños.
Algunas bibliografías recomiendan el uso de cooper - 8- quininolate, especialmente si se han realizado reparaciones en las habitaciones que implicaron tareas de albañilería. Este desinfectante no está disponible en nuestro medio, por lo que pueden utilizarse otros desinfectantes siempre que hayan sido aprobados por los organismos especializados.
Se pueden utilizar también clorados estables como por ejemplo, dicloro isocianurato de sodio (Presept ®, Ayudín ®) o cloroxidante electrolítico en solución hipertónica de cloruro de sodio (Amuchina ® ). Si se va a usar hipoclorito de sodio deben seguirse y respetarse las recomendaciones específicas para su dilución y mantenimiento. Antes de cualquier proceso de desinfección de superficies debe practicarse la limpieza previa de las mismas.
Es importante que el personal de limpieza sea estable y cuente con entrenamiento específico acerca de los procedimientos que debe realizar dentro de la habitación del paciente.

No deben utilizarse mopos o trapos rejilla que desprendan pelusa.  Se sugiere que todos los materiales de limpieza sean exclusivos y que se guarden entre procedimientos,  desinfectados y extendidos para que se sequen.
Las rejillas utilizadas para los sanitarios deben ser diferentes de las utilizadas para la desinfección de la unidad del paciente. Para ello debe buscarse una forma de identificación que impida confusiones de las mismas.
Cuando se utilicen aspiradoras, éstas deben contar con filtros tipo Hepa y asegurarse su perfecto funcionamiento, es decir que no produzcan pérdidas en el medio ambiente del polvo que recogen.
Ingreso de personal y visitas a la habitación del paciente
Las personas que entran a la habitación del paciente deben practicar un lavado antiséptico de sus manos. Si usan guantes, estos deben ser removidos y las manos nuevamente lavadas.
No es necesario,  ni está recomendado el uso de camisolines, tanto  para el personal como para las  visitas . La excepción la constituye algún proceso infeccioso que sufra el paciente y que justifique  su uso (como parte de las precauciones estándar o precauciones basadas en la transmisión.
Tanto el personal como las visitas,   deben usar ropa limpia, cambiada diariamente. Evitar el uso de ropas hechas con fibras naturales como la lana,  que pueden sostener un importante número de esporas fúngicas.
No es necesario el uso de barbijos, excepto que el personal o las visitas presenten enfermedades de transmisión respiratoria (resfrío, tos, etc.). y su ingreso sea imprescindible.
El personal asignado al cuidado de estos pacientes no debe atender en forma simultanea otros pacientes que cursen con infecciones o estén colonizados con microorganismos resistentes (Pseudomonas, ERV, Klebsiella,  S. aureus,  etc.). Antes de ser asignado al cuidado de pacientes neutropénicos, el personal debe ser cuidadosamente estudiado para sarampión, varicela, rubeola, paperas, hepatitis B y A, etc..
El personal no debe presentar lesiones de ningún tipo en dedos, manos o uñas. Caso contrario no podrá atender pacientes neutropénicos o inmunosuprimidos hasta su remisión.
Se recomienda que el personal femenino no utilice uñas esculpidas (acrílicos) debido a que se han informado brotes asociados con hongos que se desarrollaron entre las distintas capas de acrílico y los cementos utilizados.

Dieta

La alimentación no debe incluir frutas frescas (ni aún peladas) ni vegetales crudos,  ya que pueden presentar tanto bacterias como esporas de hongos. Se ha podido comprobar que la superficie externa de las frutas y verduras frescas puede estar contaminada con enterobacterias o Pseudomonas sp., de modo que  siempre se deben consumir cocidas y ser cuidadosamente lavadas antes de iniciar su cocción. Su rol en la transmisión de infecciones es desconocido, pero su recomendación parece prudente para evitar colonización o infecciones digestivas con este tipo de bacterias.
Podría hacerse una excepción con algunas frutas que pueden ser cuidadosamente lavadas y peladas y luego cortadas como lo son los cítricos, las bananas y los melones.  Durante el  proceso de preparado deben aplicarse siempre estrictas medidas de higiene.
La pimienta debe ser esterilizada o eliminada de la dieta ya que puede contener esporas fúngicas (en especial Aspergillus). Por la misma razón deben evitarse hierbas o especies que no estén esterilizadas.
Los quesos que contienen hongos vivos como el queso azul o el roquefort deben ser evitados de la dieta. Las carnes deben consumirse siempre bien cocidas y los alimentos en general, pasteurizados.

Los familiares o el paciente que cocinen  sus alimentos en el hogar, deben ser cuidadosamente entrenados en los cuidados necesarios,  tanto en la preparación de los mismos como en el cuidado de la higiene de los utensilios utilizados en la preparación y el consumo. El agua corriente no está libre de criptosporidium por lo que su consumo no se recomienda sin antes haber sido hervida por lo menos más de 1 minuto, aún la usada para el lavado de los dientes. En el hogar, pueden usarse sistemas para el destilado del agua corriente. Los sistemas de filtrado de agua deben ser capaces de remover partículas de tamaño igual o menor a un micrón de diámetro. El agua envasada puede consumirse siempre se haya demostrado que no posee microorganismos o que haya sido procesada mediante ósmosis reversa, destilación o pasada por un filtro capaz de retener partículas inferiores a un micrón. Debe contactarse con el fabricante para conocer los procesos de fabricación y envasado del agua que va a consumirse. El paciente no debe consumir bebidas que se diluyan con agua  o hielo, a menos que el agua provenga de fuente segura y tratada  y que el hielo haya sido preparado con ella.
 
Remodelaciones, reparaciones o trabajos de construcción

Las remodelaciones, trabajos de construcción o tareas de albañilería deben hacerse en ausencia de pacientes. Cuando se realizan en  zonas cercanas a la unidad o habitación del paciente, deben usarse barreras protectoras según el tipo de arreglo a realizarse (barreras absolutas o parciales como ser  paredes falsas o láminas plásticas respectivamente). Para la salida de escombros y circulación del personal que realiza las tareas de albañilería,  debe reservarse el uso de un ascensor exclusivo y señalizarse las zonas de circulación  a la cual los pacientes no tendrán acceso.
Se debe aspirar continuamente el polvo, colocar trapos húmedos a la salida de las habitaciones donde se realizan las reparaciones y limpiar con métodos húmedos en forma continua. Los escombros deben retirarse cubiertos con láminas húmedas para evitar la  dispersión de polvo en el medio ambiente hospitalario.
Los ingenieros a cargo de las tareas de construcción o remodelación del hospital,  deben consultar con el Comité de Infecciones todas las tareas que al respecto se realicen en el hospital, planificando entre ambos la realización y monitoreo de las mismas. 
Juguetes, videojuegos, libros, revistas
Los juguetes deben ser descartables siempre que sea posible o bien no  utilizarse con otros pacientes. Aún así,  los juguetes individuales deben ser de materiales (como por ej. plástico duro) que permitan su limpieza y desinfección antes de su ingreso a la habitación del paciente. Este procedimiento debe repetirse por lo menos una vez por semana o antes si los mismos se ensucian.
Algunos juguetes (peluche por ej.) pueden utilizarse si son previamente y una vez por semana, sometidos a un ciclo de lavado completo en lavarropas (usando ciclos de agua caliente y desinfectantes) y sometidos a procesos de secado con máquinas. Juguetes plásticos utilizados en baños han sido asociados con brotes por Pseudomas sp. en una sala de pacientes oncológicos pediátricos, por lo que el personal a cargo del baño del paciente debe utilizar juguetes que hayan sido  previamente lavados  y desinfectados.
No pueden ingresar a la habitación del paciente elementos que no puedan lavar y desinfectar
Se sugiere que:

-Videos y video games: limpiar y desinfectar exteriormente. Deben ser colocados por familiares o personal de enfermería. Enfatizar la limpieza y desinfección de los accesorios (joystick o comandos) que son usados directamente por el paciente.

-Diarios, libros, revistas: colocar en bolsas adecuadas y enviar a esterilizar previamente.

Cuidados Especiales
Férulas: Cuando se utilicen férulas para el aseguramiento de vías centrales o periféricas, estas deben realizarse con material estéril y removerse cada vez que se encuentren sucias o dañadas. Hay brotes descritos por Rhizopus microsporum (férulas hechas con "bajalenguas de madera") que han dejado casos fatales en los pacientes que afectaron y que pudieron relacionarse con los materiales usados para construir las férulas como por ej. telas adhesivas contaminadas. Nunca debe usarse una férula construida y usada con un paciente para otro paciente, ni siquiera con una nueva cobertura.

Piel: El paciente debe ser diariamente bañado con un jabón suave o neutro. Diariamente se debe revisar el estado de la piel del perineo y practicar  higiene exhaustiva después que el paciente haya orinado o defecado, tanto para evitar infecciones como para  mantener la integridad de la piel. Las mujeres con menstruación no deben usar tampones para evitar la irritación cervical y vaginal. Debe observarse también diariamente el estado de la piel en los sitios de inserción de catéteres y manejar los sistemas endovenosos de acuerdo con las recomendaciones generales de control de infecciones.

El uso de termómetros rectales, enemas, supositorios y exámenes rectales está contraindicado en pacientes inmunocomprometidos, a fin de evitar cortes o abrasiones en la piel o mucosa rectal.

Mucosa oral:
se debe enfatizar su  cuidado. La higiene dental es fundamental, especialmente en pacientes transplantados. Antes del transplante, el paciente debe contar con una buena salud dental, tratándose caries u otras enfermedades odontológicas.
La mucositis oral debe tratarse con enjuagues (4 a 6 veces diarias) con agua estéril, salina normal o bicarbonato de sodio. Los pacientes deben cepillar sus dientes por lo menos dos veces al día con un cepillo suave. El uso de dentífrico es opcional y depende de la tolerancia del paciente.

Autocuidado:
Las enfermeras deben preparar al paciente y a su familia para el autocuidado en el hogar,  enseñándoles especialmente cuales son las fuentes de esporas fúngicas y los cuidados especiales que requieren.

Seguridad de la vacunación prenatal con Tdap y trastorno autista

Seguridad de la vacunación prenatal con Tdap y trastorno autista
Estudio retrospectivo que relaciona la vacuna acelular contra tétanos, difteria y pertussis dada en el embarazo y los trastornos del espectro autista en niñosAutor: Tracy A. Becerra-Culqui, PhD, MPH, OT/L, Darios Getahun, MD y colaboradores  Pediatrics. 2018;142(3): e20180120
 
La vacunación prenatal con toxoide tetánico, toxoide diftérico reducido y pertussis acelular, adsorbida (Tdap) ha demostrado ser efectiva en la protección de niños pequeños vulnerables de la tos ferina.
Impulsada por la disminución de la inmunidad, la incidencia de tos ferina ha aumentado en la última década en los Estados Unidos, con picos en 2010 y 2014. 1,2 Los bebés pequeños tienen el riesgo más alto de hospitalización y muerte después de la infección por tos ferina, una enfermedad respiratoria altamente contagiosa (coqueluche) causada por la bacteria Bordetella pertussis. 3
En respuesta, en octubre de 2011 el Comité Consultivo de Prácticas de Inmunización (CCPI) recomendó que las mujeres embarazadas no vacunadas reciban la vacuna Tdap después de las 20 semanas de gestación. 4
Dada la seriedad del asunto, esta recomendación fue modificada en octubre de 2012 para incluir a todas las mujeres embarazadas sin importar las vacunas previas, y el período de vacunación óptimo fue definido entre las 27 y 36 semanas de gestación.5
La evidencia reveló que los anticuerpos pasan a los recién nacidos, y la vacuna fue 91,4% efectiva en proveer alguna inmunidad hasta que los recién nacidos alcancen los 2 meses de edad, edad en que tendrían que recibir su primera dosis de vacuna contra difteria, tétanos, y pertussis acelular. 6,7
Dada la práctica creciente de vacunar a las embarazadas con Tdap, es importante abordar la preocupación de un potencial nexo entre la vacunación materna y el posterior desarrollo de Trastorno del Espectro Autista (TEA) en niños.
Durante el tiempo en que la Tdap no estaba rutinariamente recomendada para mujeres embarazadas, los abortos espontáneos fueron los eventos adversos específicos del embarazo más frecuentes (16,7%) reportados en el Sistema de Reporte de Eventos Adversos a Vacunas, una base de datos nacional utilizada para monitorear la seguridad de las vacunas en la población. 8
Sin embargo, el número de mujeres embarazadas que recibieron la vacuna fue pequeño (n = 132) y probablemente un grupo selectivo porque la vacuna no se usaba en forma rutinaria. Desde las recomendaciones del CCPI, los investigadores examinaron los efectos de la vacuna Tdap en las madres y en los niños no encontrando asociaciones entre la vacuna y los eventos adversos. 9–11
Un estudio basado en datos de 7 sitios de Bases de Datos de Seguridad de Vacunas encontró que no había mayor riesgo de niños pequeños para la edad gestacional, parto pretérmino o bajo peso al nacer nacidos de mujeres que recibieron la vacuna durante el embarazo entre 2007 y 2013.9
Los investigadores que examinaron los resultados maternos y del niño después de la vacunación prenatal con Tdap no evaluaron resultados a más largo plazo, tales como el riesgo de TEA, un resultado de interés público significativo.
El TEA es un trastorno del desarrollo neurológico típicamente diagnosticado en la primera infancia y caracterizado por deficiencias en las habilidades de comunicación social y estereotipos restringidos de comportamiento.
 En los Estados Unidos, ∼147 de 10000 niños son diagnosticados con TEA hacia los 8 años de edad. 13,14 Aunque no hay consenso sobre el momento de la exposición, el período prenatal está fuertemente implicado en la etiología del TEA, 15-18 y son importantes tanto las causas genéticas como las ambientales. 19-21
Aunque hay evidencia consistente que apoya que las vacunas administradas en la infancia y sus conservantes no causan TEA, 22–24 hay pocas investigaciones sobre la seguridad de las vacunas administradas durante el embarazo.
En este estudio, los autores se propusieron evaluar la asociación entre la vacuna Tdap administrada durante el embarazo y el riesgo de TEA en una cohorte de niños nacidos en los Hospitales Kaiser Permanente Southern California (KPSC).

MÉTODOS
  • Población de estudio y diseño
En este estudio de cohorte retrospectivo, los autores observaron el resultado de un diagnóstico de TEA en niños nacidos en todos los hospitales KPSC entre el 1 de enero de 2011 y el 31 de diciembre de 2014. KPSC es una organización integrada de prestación en salud que brinda atención médica en 15 hospitales y ~ 220 consultorios médicos a ∼4,4 millones de miembros que son ampliamente representativos de la población del sur de California. 25 KPSC utiliza los registros médicos electrónicos (RMEs) para integrar la información médica, como el diagnóstico y las inmunizaciones. Todas las inmunizaciones recomendadas son gratis para los miembros sin importar el copago. Este estudio fue aprobado por la Junta de Revisión Institucional KPSC, que renunció al requisito de consentimiento informado.
La elegibilidad se restringió a las mujeres embarazadas que no tuvieron concepciones asistidas (fertilización in vitro) y que dieron a luz niños únicos de 22 a 45 semanas de gestación. Los registros médicos de los niños fueron vinculados longitudinalmente a las madres biológicas utilizando identificadores únicos.
Los pares madre hijo fueron incluidos si las mujeres embarazadas tenían membresía continua desde el comienzo del embarazo (permitiendo una brecha de ≤31 días) y los bebés fueron miembros por al menos 90 días continuos después de cumplir 1 año de edad.
Los pares fueron excluidos si los niños tuvieron diagnóstico de anomalías congénitas o cromosómicas.
  • Vacunación materna con Tdap
La vacunación materna capturada en el RME se definió como haber recibido Tdap en cualquier momento durante el embarazo (sí, no), desde la fecha de inicio del embarazo hasta el día antes de la fecha de parto.
La fecha de inicio del embarazo se calculó restando la edad gestacional al nacer a partir de la fecha de nacimiento del niño. Adacel (Sanofi Pasteur, Swiftwater, PA) fue el producto primario Tdap utilizado en las instalaciones de KPSC durante el periodo de estudio. 26 El grupo no vacunado fue definido por mujeres que no fueron vacunadas con Tdap en cualquier momento durante todo el embarazo.
  • TEAs
El TEA fue definido por un diagnóstico clínico en cualquier momento después del año de edad registrado en el RME entre el 1 de enero de 2012 y el 30 de junio de 2017 (Clasificación Internacional de Enfermedades, códigos de la Novena Revisión: 299.0, 299.8, 299.9; y Clasificación Internacional de Enfermedades, códigos de la Décima Revisión: F84.0, F84.5, F84.8, F84.9).
Aunque los autores consideraron a los niños en riesgo de TEA desde el nacimiento, restringieron la edad mínima de diagnóstico en base de la edad mínima de evaluación permitida del Esquema de Observación Diagnóstica del Autismo, el instrumento diagnóstico patrón de oro para la identificación del TEA. 27
  • Covariables
Las características maternas e infantiles se obtuvieron del RME.
Los datos del niño incluyeron:
- Sexo (masculino o femenino),
- Año de nacimiento (2011-2014),
 - Temporada de nacimiento (invierno, primavera, verano, otoño),
- Edad gestacional al nacer (media, DE; <37 o ≥37 semanas de gestación),
 - Peso al nacer (media, DE).
Los datos maternos al momento del parto incluyeron:
- Edad materna (≤25, 26–30, 31–34, ≥35 años),
- Raza y / o etnia (blanca no hispana, afro americano no hispano, hispano, asiático americano o isleño del Pacífico no hispano, otro o multirracial, desconocido),
- Idioma primario (inglés, otro),
- Necesidad de intérprete (sí, no),
- Logro educativo (menos de o igual a la escuela secundaria, alguna universidad, licenciatura, mayor o igual a una maestría, desconocido),
- Centro médico de parto.
La información adicional del embarazo incluyó:
- Seguro Medicaid (sí, no),
- Paridad (0, 1, ≥2),
- Recepción de la vacuna contra la gripe durante el embarazo (sí, no),
- Inicio de atención prenatal (≤3 meses de gestación, > 3 meses de gestación, sin cuidados o perdidos),
- Complicaciones médicas y obstétricas (hipertensión pregestacional, preeclampsia o eclampsia, diabetes pregestacional y gestacional, placenta previa, y desprendimiento placentario).
  • Análisis estadístico
Se calcularon las distribuciones de las características maternas y del niño por el estado de vacunación prenatal con Tdap y cualquiera de las pruebas X2 o prueba t de Student para las diferencias en las características. Se calcularon las características de seguimiento, la edad del diagnóstico de TEA, y la tasa de incidencia de diagnóstico de TEA por estado de vacunación Tdap.
Los niños fueron seguidos desde el nacimiento hasta el primer diagnóstico de TEA, el fin de la membresía en el plan de salud, o el final del período de seguimiento de estudio (30 de junio de 2017), lo que ocurriera primero.
Para evaluar la posible preocupación de que se perdieran diagnósticos de TEA debido a la doble matrícula en otro sistema de atención de salud y / o el uso limitado del cuidado de salud dentro del sistema KPSC, también calcularon la proporción de niños sin consultas ambulatorias después de cumplir 1 año. Las proporciones fueron calculadas si sus madres recibieron la vacuna Tdap durante el embarazo.
Se utilizó la regresión de riesgos proporcionales de Cox para estimar los radios de riesgo no ajustados y ajustados (HRs) y sus intervalos de confianza del 95% (ICs) para evaluar la magnitud de asociación entre la vacunación materna con Tdap y el diagnóstico de TEA en niños.
Para evaluar potenciales variaciones en los resultados, los autores también realizaron análisis estratificados por año de nacimiento del niño y evaluaron resultados entre las mujeres que dan a luz a su primer hijo (nulípara).
Los autores utilizaron análisis de puntaje de propensión con ponderación de probabilidad inversa de tratamiento (PPIT) para ajustar por potenciales confundidores.

Primero, utilizaron un modelo de regresión logística incluyendo variables asociadas con vacunación a priori, 28,29 o variables de los resultados bivariados (p < 0,05) que podría afectar razonablemente la recepción de Tdap, para estimar la probabilidad de vacunación con Tdap.
Se incluyeron las siguientes variables: año de nacimiento del niño, edad gestacional al nacer (<37 o ≥37 semanas de gestación), edad materna, raza y / o etnicidad, educación, centro médico de parto, seguro Medicaid, paridad, inicio de la atención prenatal y vacunación contra la influenza durante el embarazo.
Segundo, el peso para cada madre se calculó como la inversa de su probabilidad predicha de exposición a Tdap y se normalizó dividiendo por el peso medio de cada grupo de exposición. Se utilizaron puntuaciones de diferencia estandarizadas para evaluar si se logró el equilibrio de covariables entre los grupos de comparación.
A diferencia de los valores de p, para los cuales la magnitud está altamente relacionada con el tamaño de la muestra, la diferencia estandarizada es un enfoque unificado para cuantificar la magnitud de diferencia entre grupos independientemente del tamaño de la muestra; un valor absoluto < 0,10 se considera una diferencia insignificante. 30,31

RESULTADOS
Hubo 109.536 mujeres que tuvieron inscripción continua desde el comienzo del embarazo con concepciones no asistidas y dieron nacimiento a un solo bebé entre el 1 de enero de 2011 y el 31 de diciembre de 2014.
De estos, 94400 (86,2%) de los niños fueron matriculados al año de vida. Después de excluir un adicional de 9356 niños (8,5%) con < 90 días de matrícula continua y 3051 (2,8%) diagnosticados con anomalías de cromosomas o congénitas, el estudio incluyó 81993 niños.
La cobertura de vacunación prenatal con Tdap osciló entre el 26% (5407 de 20553) para la cohorte de nacimientos 2012 al 79% (16882 de 21433) para la cohorte de nacimiento 2014.
La media y la mediana de edad gestacional a la vacunación fue de 28 semanas (DE: 7,4) y 29 semanas, respectivamente (rango intercuartil: 26-33 semanas).
Las mujeres vacunadas durante el embarazo fueron más propensas a ser asiático-americanas o isleñas del Pacífico, tener una licenciatura o superior, ser nulípara, haber recibido la vacuna contra la gripe prenatal, y dar nacimiento a término (≥37 semanas de gestación) en comparación con las mujeres no vacunadas.
El tiempo de seguimiento osciló entre 1,2 y 6,5 años y fue en promedio más largo en el grupo no vacunado.
Hubo una diferencia media de 6 meses en el tiempo de seguimiento entre ambos grupos (no vacunado, media: 4,44 años [DE: 1,18]; vacunado, media: 3,85 años. [DE: 1,29]). Aproximadamente el 15% de los niños en el grupo no vacunados y el 13% en el grupo vacunado no cumplieron el seguimiento completo hasta el final del estudio debido a la terminación de la membresía de KPSC. Se diagnosticó TEA en 1341 niños (1,6%).
La proporción de niños con TEA a través de los años de nacimiento reveló un descenso del 2% al 1,5% en los no vacunados y del 1,8% al 1,2% en los vacunados.
Entre los niños diagnosticados con TEA, el primer diagnóstico se produjo comúnmente a los 2 años de edad en cualquiera de los grupos de exposición (44%) seguidos de diagnósticos a los 3 y 4 años.
Entre los niños diagnosticado con TEA antes de los 2 años (n = 213), el 93,5% de los niños tenían un segundo diagnóstico confirmatorio después de los 2 años de edad.
Entre los niños de madres no vacunadas y los niños de madres vacunadas, hubo 187 (0,44%) y 126 (0,32%) niños, respectivamente, que no tuvieron una consulta ambulatoria después del año de edad.
La tasa de incidencia de TEA fue de 3,78 por 1000 personas-años en el grupo vacunado con Tdap y de 4,05 por 1000 personas-años en el grupo no vacunado. El HR no ajustado fue de 0,98 (IC 95%: 0,88–1,09).
Después del puntaje de propensión de ponderación, las puntuaciones de diferencia estandarizadas fueron < 0,1 para todas las variables, sugiriendo un buen balance de covariables.
Los análisis ajustados por PPIT mostraron que la vacunación con Tdap durante el embarazo no se asoció con un aumento del riesgo de TEA (HR: 0,85, IC 95%: 0,77–0,95). Los resultados fueron consistentes a través de los años de nacimiento del estudio y entre las mujeres nulíparas.

DISCUSIÓN
Los autores no encontraron evidencia de aumento del riesgo de diagnóstico de TEA asociado con la vacunación Tdap durante el embarazo
En este gran estudio de cohorte observacional retrospectivo de 81993 pares de mujeres embarazadas diversas y sus hijos, los autores no encontraron evidencia de aumento del riesgo de diagnóstico de TEA asociado con la vacunación Tdap durante el embarazo.
Los subanálisis apoyaron los resultados globales, revelando una mínima variabilidad por año de nacimiento y paridad. Según lo entendido por los autores no se publicó ningún estudio con resultados que examinaran el riesgo de TEA después de la exposición materna a la vacuna Tdap.
Se planteó la hipótesis de que la activación inmune materna durante el embarazo afecta indirectamente al neurodesarrollo fetal. 32–35 Los investigadores encontraron que infecciones durante embarazo (por ejemplo, rubéola y gripe), incluyendo episodios prolongados de fiebre aumentan el riesgo de autismo, hipotetizando que las infecciones maternas, las respuestas de las citoquinas, y las vías proinflamatorias pueden alterar el desarrollo cerebral del feto.32,36–41
Los resultados de los autores potencialmente indican que la vacunación materna con Tdap afecta las trayectorias inmunológicas que protegen a los bebés contra infecciones que de otra manera llevarían a alteraciones del neurodesarrollo.
Alternativamente, las vacunas durante el embarazo puede posiblemente activar el sistema inmunológico materno llevando a injurias del neurodesarrollo. Sin embargo, a excepción de 1 estudio en el cual se examinó la asociación entre la vacuna contra la influenza durante el embarazo y el TEA, 42 hay un número insuficiente de estudios que contengan evaluaciones de esta hipótesis.
Sólo un puñado de investigadores ha investigado eventos adversos potencialmente asociados con la recepción de Tdap durante el embarazo que puedan señalar posibles vías fisiológicas intermedias hacia el TEA. Dos estudios en los sitios que participan en el proyecto de Enlace de Datos de Seguridad de Vacunas y un tercer estudio de > 1 millón de mujeres embarazadas revelaron un pequeño pero estadísticamente significativo riesgo de corioamnionitis posterior a la vacunación materna con Tdap (6,1% en vacunados, 5,5% en no vacunados). 43–46
Aunque la Tdap aumentó el riesgo de corioamnionitis, los investigadores en los estudios referidos encontraron que la corioamnionitis resultante no se asociaba con un parto prematuro, un potencial factor de riesgo para TEA.47
Dado que la vacunación materna con Tdap sola o mediada por corioamnionitis no se traduce en un nacimiento prematuro o cualquier evento adverso clínicamente relevante en los recién nacidos, 9,46 no es compatible una relación directa o mediada entre la Tdap materna y el TEA.
Los hallazgos de los autores tienen algunas fortalezas y limitaciones.
El TEA fue determinado por diagnósticos registrados en el RME y no fue validado por una evaluación estandarizada de un estudio específico. Además, podría haber una clasificación errónea del diagnóstico de TEA entre los niños con doble seguro o con un uso limitado del servicio de salud, si buscaron atención para el TEA en otros lugares.
Sin embargo, los diagnósticos incidentes de TEA probablemente fueron capturados consistentemente durante la mayor parte de los años de estudio debido a una ley de California promulgada en 2012 (SB 946) que requiere que los planes de salud cubran los costos de salud asociados con el TEA, tales como diagnóstico y tratamiento de salud conductual, 48 impulsando la implementación de procedimientos sistemáticos para la detección y el diagnóstico dentro del sistema de salud KPSC.
Por lo tanto, un diagnóstico de TEA solo puede hacerse por profesionales calificados de la salud mental (psiquiatras de niños y/o adolescentes, pediatras del desarrollo y/o comportamiento, psicólogos infantiles, o neurólogos). Además, la prevalencia combinada de TEA en este estudio fue del 1,6%, comparable a la prevalencia estimada del 1,7% entre los niños de 8 años reportada en los Estados Unidos. 49
Además, las mujeres vacunadas y no vacunadas pueden ser diferentes en aspectos que también pueden estar asociados con el diagnóstico de TEA.
Debido a que el tiempo de seguimiento del estudio dependía del año de nacimiento del niño, los niños en este estudio tenían diferentes oportunidades de tener un diagnóstico de TEA (es decir, los niños nacidos en 2011 tuvieron el máximo seguimiento potencial de 5,5 a 6,5 años, mientras que los niños nacidos en 2014 tenían 2,5–3,5 años). En base a datos representativos de los Estados Unidos, los 3 a 5 años de edad es el período cuando la mayoría de los niños con TEA son diagnosticados. 50
Por lo tanto, probablemente los autores no capturaron algunos niños con TEA nacidos en los últimos años del estudio considerando que algunos niños con TEA más leves no serían diagnosticados hasta que llegan a la edad escolar. De forma similar, la recepción materna de la vacuna Tdap varió por año de nacimiento debido a la evolución de las recomendaciones del CCPI y las epidemias de tos ferina en California. 2,51,52
Sin embargo, debido a que los autores identificaron una mínima variabilidad en los resultados del estudio al estratificar por año de nacimiento, estas variaciones probablemente no afectaron sus resultados.
Además, aunque controlaron por los factores de confusión relacionados con la vacunación Tdap y TEA más conocidos, los resultados podrían haber sido afectados por confundidores residuales, como factores del comportamiento o clínicos no captados por el RME.
Por ejemplo, no controlaron por tener un hermano mayor con TEA, aunque el riesgo de recurrencia en un hermano está entre el 10% y el 20%, un 10 a 20 veces de aumento del riesgo sobre la prevalencia de la población general. 53,54 Sin embargo, en el análisis restringido a las madres que dan a luz a su primer niño, los resultados fueron consistentes con los resultados generales.
El estudio tiene fortalezas adicionales. La vacunación materna con Tdap y la información sobre TEA no estaba sujeta a sesgo de memoria, y los procedimientos de ponderación los habilitan para equilibrar los grupos expuestos y no expuestos a Tdap para comparar 2 poblaciones que eran comparables en importantes factores de confusión medidos.
Además, incluyeron niños diagnosticados con TEA a partir del año de edad en consideración con la última evidencia en la detección de TEA y la investigación de diagnóstico y práctica. 55–57
Aun así, los autores son capaces de confirmar que la mayoría (> 93%) de los niños con su primer diagnóstico de TEA antes de los 2 años también tuvieron un diagnóstico después de los 2 años, que se alinea con el esquema de pesquisa de autismo recomendado por la Academia Americana de Pediatría a los 18 y 24 meses. 58

CONCLUSIONES
Los hallazgos de los autores sugieren que vacunarse con Tdap durante el embarazo no se asocia con un mayor riesgo de TEA en niños. Futuros estudios con años de nacimiento adicionales y un seguimiento más largo pueden agregar evidencia científica sobre la vacunación con Tdap durante el embarazo y el TEA en la descendencia.
Los autores proporcionaron evidencia que apoya la recomendación del CCPI para vacunar a las embarazadas para proteger a los bebés vulnerables, que tienen mayor riesgo de hospitalización y muerte tras la infección por tos ferina.

Comentario:
  • La vacunación de mujeres embarazas plantea un desafío para asegurar la seguridad en cuanto a eventos adversos relacionados con las vacunas, tanto en la mujer como en el niño por nacer.
     
  • El presente estudio determinó que la vacunación prenatal con Tdap no se asocia con un aumento del riesgo de TEA en los niños.
     
  • Los autores apoyan la recomendación de vacunar a la mujer embarazada como la forma más eficaz de proteger a los niños pequeños que son los que tienen mayor riesgo de morir ante una infección por pertussis.
Resumen y comentario objetivo: Dra. Alejandra Coarasa