lunes, 26 de septiembre de 2022

Definición y clasificación de la obesidad

 Revista Médica Clínica Las CondesVol. 23. Núm. 2.

Tema central: Obesidad
páginas 124-128 (Marzo 2012)
Introducción

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la obesidad es una enfermedad crónica, caracterizada por el aumento de la grasa corporal, asociada a mayor riesgo para la salud.

Pocas enfermedades crónicas han avanzado en forma tan alarmante en la mayoría de los países durante las últimas décadas como ha ocurrido con la Obesidad, motivo de preocupación para las autoridades de salud debido a las nefastas consecuencias físicas, psíquicas y sociales.

Datos de la OMS indican que desde el año 1980 la obesidad ha aumentado a más del doble en todo el mundo. En el año 2008, 1.500 millones de adultos tenían exceso de peso. Dentro de este grupo, más de 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de mujeres eran obesos, por lo cual la OMS ha declarado a la obesidad y al sobrepeso con el carácter de epidemia mundial. Representa además una gran carga económica para los presupuestos destinados a la salud, por sus elevados costos asociados tanto directos como indirectos. Se estima que tanto el sobrepeso como la obesidad son responsables del 44% de la carga de diabetes, del 23% de la carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7 y el 41% de la carga de algunos cánceres.

El sobrepeso y la obesidad constituyen un importante factor de riesgo de defunción, con una mortalidad de alrededor de 3 millones de adultos al año. La clasificación actual de Obesidad propuesta por la OMS está basada en el Índice de Masa Corporal (IMC), el cual corresponde a la relación entre el peso expresado en kilos y el cuadrado de la altura, expresada en metros. De esta manera, las personas cuyo cálculo de IMC sea igual o superior a 30kg/m2 se consideran obesas (Tabla 1).

Tabla 1.

Clasificación de la obesidad según la oms

Clasificación IMC (kg/m2Riesgo Asociado a la salud 
Normo Peso 18.5 − 24.9 Promedio 
Exceso de Peso ≥ 25  
Sobrepeso o Pre Obeso 25 - 29.9 AUMENTADO 
Obesidad Grado I o moderada 30 − 34.9 AUMENTO MODERADO 
Obesidad Grado II o severa 35 - 39.9 AUMENTO SEVERO 
Obesidad Grado III o mórbida ≥ 40 AUMENTO MUY SEVERO 

Según reportes de la OMS, en el año 2010 alrededor de 43 millones de niños menores de cinco años de edad tenían exceso de peso. Si bien el sobrepeso y la obesidad tiempo atrás eran considerados un problema propio de los países de ingresos altos, actualmente ambos trastornos están también aumentados en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en las zonas urbanas. En los países en desarrollo existen cerca de 35 millones de niños con sobrepeso, mientras que en los países desarrollados esa cifra es de 8 millones.

A nivel mundial, el sobrepeso y la obesidad están relacionados con un mayor número de defunciones que el déficit ponderal. Hoy en día, el 65% de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas que el déficit ponderal (estos países incluyen a todos los de ingresos altos y la mayoría de los de ingresos medianos).

Causas de la obesidad

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y calorías gastadas. Se ha visto una tendencia universal a tener una mayor ingesta de alimentos ricos en grasa, sal y azúcares, pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes. El otro aspecto de relevancia es la disminución de la actividad física producto del estilo de vida sedentario debido a la mayor automatización de las actividades laborales, los métodos modernos de transporte y de la mayor vida urbana.

En su etiopatogenia se considera que es una enfermedad multifactorial, reconociéndose factores genéticos, ambientales, metabólicos y endocrinológicos. Solo 2 a 3% de los obesos tendría como causa alguna patología endocrinológica, entre las que destacan el hipotiroidismo, síndrome de Cushing, hipogonadismo y lesiones hipotalámicas asociadas a hiperfagia. Sin embargo, se ha descrito que la acumulación excesiva de grasa, puede producir secundariamente alteraciones de la regulación, metabolización y secreción de diferentes hormonas.

Por lo tanto, podemos considerar a la obesidad una enfermedad crónica, multifactorial en su origen y que se presenta con una amplia gama de fenotipos.

Los estudios epidemiológicos han detectado una serie de factores asociados con el sobrepeso y la obesidad en la población, los cuales se pueden observar en la Tabla 2.

Tabla 2.

Factores epidemiológicos asociados al exceso de peso

Demográficos Socioculturales Biológicos Conductuales Actividad Física 
>Edad < Nivel educacional > Paridad < Ingesta alimentaria Sedentarismo 
Sexo femenino < Ingreso económico  Tabaquismo  
Raza   Ingesta de alcohol  
Sobrepeso o pre-obesidad

Se considera que pertenecen a esta categoría todas aquellas personas con IMC entre 25 y 29.9kg/m2. Son personas en riesgo de desarrollar obesidad. Se consideran en fase estática cuando se mantienen en un peso estable con un balance energético neutro. Por el contrario, se considera que están en una fase dinámica de aumento de peso, cuando se está incrementando el peso corporal producto de un balance energético positivo, es decir, la ingesta calórica es superior al gasto energético.

Muchos de los pacientes obesos presentan con frecuencia fluctuaciones de peso, producto de variados tratamientos destinados a perder peso, provocando disminución y aumento frecuentes del peso (por el fenómeno de rebote), conocido como Síndrome del Yo-Yo.

Una vez que los pacientes aumentan de peso, se ha podido observar que existe una tendencia a mantener y defender este nuevo peso, a través de diversos mecanismos tanto biológicos como psicológicos. Se postula que en las etapas iniciales, una serie de factores -tanto conduc-tuales como ambientales- serían los responsables del desarrollo de la obesidad en aquellos sujetos con predisposición genética, en quienes se desarrollan cambios en el metabolismo del tejido adiposo, que tienden a perpetuar la condición de obesidad y a favorecer el desarrollo de muchas de las comorbilidades asociadas a la obesidad.

Se considera que en las primeras etapas de la obesidad, la presencia de mínimos desbalances del equilibrio energético puede llevar a una acumulación gradual y persistente de grasa en la composición corporal. Estos desbalances se observan habitualmente en una serie de situaciones de la vida cotidiana en las cuales se disminuye la actividad física, tales como el dejar de practicar un deporte o cambiarse a un estilo de vida más sedentario al que tenía previamente.

Consecuencias de la obesidad

La obesidad se considera un importante factor de riesgo para enfermedades no transmisibles, tales como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus tipo 2, los trastornos del aparato locomotor y algunos cánceres (endometrio, mama y colon). El riesgo de contraer estas enfermedades no transmisibles aumenta con el mayor grado de obesidad.

Por otro lado, se ha estimado que las consecuencias -tanto sicológicas como sociales- deterioran enormemente la calidad de vida de los pacientes obesos.

Los niños que presentan obesidad tienen una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos presentan mayor dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo 2 y efectos psicológicos deletéreos.

Clasificación de la obesidad

La clasificación internacional de obesidad para un adulto es la propuesta por la OMS según el IMC (Tabla 1).

Sin embargo, según la definición de obesidad, las personas obesas son aquellas que tienen un exceso de grasa corporal.

Se considera que un hombre adulto de peso normal presenta un contenido de grasa en un rango del 15 al 20% del peso corporal total, y las mujeres entre el 25 y 30% del peso corporal total.

Deurenberg y colaboradores establecieron una ecuación para estimar el porcentaje total de grasa en adultos, basado en el IMC, la edad y el sexo (Tabla 3).

Tabla 3.

Ecuación de deurenberg para estimar grasa corporal

% grasa corporal = 1.2 (IMC) + 0.23 (edad) − 10.8 (sexo) − 5.4 
Donde, sexo = 1 para hombres, y sexo = 0 para mujeres 

Se puede observar que para una determinada talla y peso, el porcentaje de grasa corporal es alrededor de un 10% más alto en mujeres que en hombres. Lo anterior sugiere que las mujeres tienen una mejor adaptación a la grasa corporal que los hombres, debido a que gran parte de la grasa se distribuye en compartimentos subcutáneos y periféricos (mamas, glúteos, muslos), mientras que en los hombres el exceso de grasa tiende a depositarse en el abdomen, tanto grasa subcutánea como grasa intraabdominal.

Por otro lado, se ha podido establecer que a medida que las personas envejecen, aumentan su contenido de grasa corporal, a pesar de mantener el peso estable.

Sin embargo, para catalogar de obeso en la práctica a un sujeto, utilizamos la medición del peso corporal o el cálculo de índices basados en el peso y la altura (IMC), de acuerdo a como se ha establecido en Consensos Internacionales. Un IMC igual o superior a 30kg/m2 es el indicador clínico utilizado universalmente para diagnosticar obesidad en ambos sexos (Tabla 1).

Las ventajas de utilizar el IMC se basan en que existe una buena correlación poblacional (0.7 - 0.8) con el contenido de grasa corporal, y porque se ha demostrado una correlación positiva con el riesgo relativo de mortalidad (general y cardiovascular), independiente del sexo. Esta correlación es la que ha determinado los puntos de corte para el diagnóstico de obesidad.

Sin embargo, se han planteado puntos de corte de IMC distintos según el riesgo particular que puedan presentar las distintas poblaciones. De esta manera, en sujetos de origen asiático se ha propuesto un punto de corte de IMC de 25kg/m2 para diagnosticar obesidad, ya que un grupo significativo de sujetos de este origen étnico desarrolla diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular, con cifras de IMC por debajo de las observadas en poblaciones occidentales.

Se han planteado varias limitaciones para el uso del IMC como indicador de obesidad. Entre éstas se plantea que, a nivel individual, el IMC no es un buen indicador de la composición corporal, ya que no distingue en cuanto a la contribución de la masa magra y de la masa grasa en el peso. Por otro lado, el IMC no mide los cambios que se producen en la grasa corporal con los cambios de edad, entrenamiento físico y en grupos étnicos con distinta proporción corporal en cuanto a longitud de extremidades y estatura en posición sentada.

En niños, el IMC varía de manera importante a través de los años, presentando un aumento sustancial en el primer año de vida. Posteriormente disminuye hasta alrededor de los 5 a 6 años de edad. Luego se observa nuevamente un aumento del IMC conocido como “rebote adipocitario”. En niños mayores de 6 años, la obesidad se define basada en curvas de crecimiento según sexo, IMC y edad. La clasificación de obesidad en este grupo etario se basa en tablas que incluyen los percentiles de IMC según edad y sexo, requiriéndose el uso de tablas generadas localmente, por lo cual en Chile se han establecidos Normas Técnicas Ministeriales que incluyen estas tablas.

Medición de la grasa corporal

La medición precisa de la grasa corporal es un procedimiento difícil y caro de realizar en la práctica clínica. Se han utilizado diferentes metodologías para medir la grasa corporal. Entre los métodos utilizados se encuentran la medición de los pliegues subcutáneos en distintos puntos (bicipital, tricipital, subescapular y suprailiaco), cuya suma se considera un indicador de la grasa subcutánea. Sin embargo, es un método de alta variabilidad interobservador y difícil de realizar en pacientes obesos con pliegues cutáneos muy grandes.

De mayor uso en la práctica clínica actual es la medición de la impedancia bioeléctrica, conocida como bioempedanciometría, que mide la impedancia (o resistencia) del cuerpo al paso de una corriente alterna de baja intensidad, permitiendo determinar así el contenido de agua corporal. Asumiendo que los tejidos tienen una hidratación constante, se puede calcular mediante ecuaciones la masa libre de grasa y la masa grasa corporal. Este es un método fácil de realizar, con un alto grado de reproducibilidad, pero que tiene solo un moderado grado de exactitud.

La Absorciometría Dual de Rayos X (DEXA) es un método que permite medir 3 compartimentos (masa grasa, masa magra y masa ósea). Tiene la ventaja de entregar información no solo de masa grasa total, sino que de masa grasa regional. Es un proceso de baja radiación, pero es de alto costo y no acepta sujetos de gran obesidad (superior a 150kg.), por lo cual se emplea fundamentalmente en la investigación clínica. Una serie de otros métodos se encuentran disponibles para uso casi exclusivo de la investigación, como la hidrodensitometría, BodPod, métodos de dilución y la medición del 40K entre otros.

Obesidad abdominal

Ya en la década de los años 40, el médico francés Jean Vague planteó que la distribución anatómica de la grasa corporal determinaba en forma distinta el riesgo de salud asociado a la obesidad.

Se ha podido establecer que la acumulación preferencial de grasa en la zona toracoabdominal del cuerpo se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y metabólica. Por esta razón, se han planteado desde entonces el empleo de una serie de mediciones e índices para determinar la distribución de la grasa corporal. Entre los más utilizados se encuentran el índice cintura cadera y la medición exclusiva de la circunferencia de cintura, que se plantea que estima con la misma exactitud la grasa intraabdominal como lo hace la relación cintura cadera. Por lo anterior, hoy en día se considera a la medición de la circunferencia de cintura un buen predictor clínico del riesgo cardiovascular asociado a la obesidad abdominal.

Para la medición de la circunferencia de cintura se debe utilizar una huincha no extensible y se debe medir al final de una expiración suave, en posición de pie, en el punto medio entre el borde costal inferior y la cresta iliaca a nivel de la línea axilar media, paralela al piso. La circunferencia de la cadera se mide como la mayor circunferencia obtenida a nivel trocantéreo, en posición de pie. Para ambos puntos anatómicos se recomienda realizar al menos 2 mediciones y promediarlas.

Numerosos estudios prospectivos han demostrado una asociación entre el aumento de la relación cintura cadera y el mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, independiente del IMC. Hoy en día, en la práctica clínica se prefiere la medición solo de cintura, ya que la medición de la cadera es más dificultosa. Además, no existen puntos de corte validados para este indicador.

Según las recomendaciones de las Guías Clínicas para la Obesidad del Instituto Nacional de Salud de los EE.UU. (NIH), se consideran puntos de corte de circunferencia de cintura de 88cm. para las mujeres y de 102cm. para los hombres, valores incluidos en la definición del Síndrome Metabólico según las Guías propuestas por el Panel de Expertos en Colesterol en el Tercer Panel de Tratamiento para Adultos (ATP III). Se establecieron los siguientes puntos de corte de circunferencia de cintura, como nivel de alerta y nivel en el cual ya hay que realizar una acción terapéutica (Tabla 4).

Tabla 4.

Valores de circunferencia abdominal según nih

 Zona de Alerta Nivel de Acción 
Hombres ≥ 94cm. ≥102cm. 
Mujeres ≥ 80cm. ≥ 88cm. 

En el año 2005, la Federación Internacional de Diabetes (IDF) realizó una propuesta diferente para la definición de obesidad abdominal, reduciendo los puntos de corte a 94cm. para los hombres y 80cm. para las mujeres, en población de origen europea. Esta propuesta entregó diferentes puntos de corte para diferentes etnias. Sin embargo, se recomienda que los puntos de corte de circunferencia de cintura asociados a mayor riesgo sean establecidos localmente.

En la Encuesta Nacional de Salud del año 2009 - 2010, se utiliza el concepto de obesidad abdominal para aquellas personas que sobrepasan el límite máximo de circunferencia de cintura central. En esta encuesta se encontró que la población chilena presenta valores de circunferencia de cintura promedios de 92.5cm. de cintura en hombres y de 88.2cm. en mujeres, utilizando como punto de medición el descrito anteriormente, denominado circunferencia de cintura central.

En esta encuesta se utilizó también otro punto de medición de la circunferencia abdominal, por encima de la cadera, que puede ser una medición más sencilla de realizar y representa un valor de utilidad clínica. Esto debido a que la literatura sugiere que este indicador predice en igual forma el riesgo cardiovascular que la circunferencia de cintura central. Con este último punto de medición, el valor promedio de circunferencia de cintura para la población chilena es de 95.1cm. para los hombres y de 95.9cm. para las mujeres.

Con mediciones de circunferencia de cintura realizadas por encima de la cadera, y tomando en cuenta puntos de corte de 102cm. para los hombres y 88cm. para las mujeres, se encontró que en Chile la obesidad abdominal se encuentra presente en el 18.7% de los hombres y en el 46.7% de las mujeres. Al tomar en cuenta los puntos de corte para obesidad abdominal propuestos por la IDF, la obesidad abdominal en Chile está presente en el 45.1% de los hombres y en el 71.5% de las mujeres.

Conclusiones

El alarmante crecimiento de la prevalencia de obesidad en nuestra sociedad nos indica que debemos estar muy alerta, para el diagnóstico precoz de esta patología de alta repercusión en la salud de las personas y en los costos asociados a ella. El uso de indicadores como el IMC y la medición de la circunferencia de cintura representan estrategias de detección clínica, que nos permiten una adecuada clasificación de la severidad de la enfermedad y del riesgo asociada a ésta, para establecer así medidas de prevención o de manejo tanto de la obesidad como de sus enfermedades asociadas, especialmente en las poblaciones genéticamente susceptibles.

El autor declara no tener conflictos de interés, en relación a este artículo.


jueves, 2 de junio de 2022

 

Viruela del mono

En los seres humanos, los síntomas son similares pero más leves que los de la viruela. Comienza con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y agotamiento.
Introducción

La viruela del mono es una enfermedad rara causada por la infección con el virus de la viruela del mono. El virus de la viruela del mono pertenece al género Orthopoxvirus de la familia Poxviridae. El género Orthopoxvirus también incluye el virus de la variola (que causa la viruela), el virus vaccinia (utilizado en la vacuna contra la viruela) y el virus de la viruela bovina.

La viruela del mono se descubrió por primera vez en 1958 cuando se produjeron dos brotes de una enfermedad similar a la viruela en colonias de monos mantenidos para la investigación, de ahí el nombre de "viruela del mono". El primer caso humano de viruela del mono se registró en 1970 en la República Democrática del Congo (RDC) durante un período de esfuerzos intensificados para eliminar la viruela. Desde entonces, se ha notificado viruela del mono en personas de varios otros países de África central y occidental: Camerún, República Centroafricana, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Gabón, Liberia, Nigeria, República del Congo y Sierra Leona. La mayoría de las infecciones se producen en la República Democrática del Congo.

Los casos de viruela del mono en personas han ocurrido fuera de África relacionados con viajes internacionales o animales importados, incluidos casos en los Estados Unidos, así como en Israel, Singapur y el Reino Unido.

El reservorio natural de la viruela del mono sigue siendo desconocido. Sin embargo, los roedores africanos y los primates no humanos (como los monos) pueden albergar el virus e infectar a las personas.

Signos y síntomas

En los seres humanos, los síntomas de la viruela del mono son similares pero más leves que los síntomas de la viruela. La viruela del mono comienza con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y agotamiento. La principal diferencia entre los síntomas de la viruela y la viruela del mono es que la viruela del mono hace que los ganglios linfáticos se hinchen (linfadenopatía) mientras que la viruela no. El período de incubación (tiempo desde la infección hasta los síntomas) para la viruela del mono suele ser de 7 a 14 días, pero puede variar de 5 a 21 días.

La enfermedad comienza con:

  • Fiebre
  • Jaqueca
  • Dolores musculares
  • Dolor de espalda
  • Ganglios linfáticos inflamados
  • Escalofríos
  • Agotamiento

Dentro de 1 a 3 días (a veces más) después de la aparición de fiebre, el paciente desarrolla una erupción que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo.

Las lesiones progresan a través de las siguientes etapas antes de caerse:

  • Maculas
  • Pápulas
  • Vesículas
  • Pústulas
  • Costras

La enfermedad generalmente dura de 2 a 4 semanas.

En África, se ha demostrado que la viruela del mono causa la muerte en hasta 1 de cada 10 personas que contraen la enfermedad.

Información para médicos

Los primeros síntomas de la viruela del mono incluyen fiebre, malestar general, dolor de cabeza y, a veces, dolor de garganta y tos. Una característica distintiva de la viruela del mono es la linfadenopatía (ganglios linfáticos inflamados). Esto generalmente ocurre con el inicio de la fiebre, de 1 a 2 días antes del inicio de la erupción, o rara vez con el inicio de la erupción. Los ganglios linfáticos pueden hincharse en el cuello (submandibular y cervical), las axilas (axilares) o la ingle (inguinal) y ocurrir en ambos lados del cuerpo o solo en uno.

Reconocimiento clínico

Puede reconocer la posible infección por viruela del mono en función de la similitud de su curso clínico con el de la viruela discreta ordinaria.

Después de la infección, hay un período de incubación que dura en promedio de 7 a 14 días. El desarrollo de síntomas iniciales (por ejemplo, fiebre, malestar general, dolor de cabeza, debilidad, etc.) marca el comienzo del período prodrómico.

Una característica que distingue la infección con viruela del mono de la viruela es el desarrollo de ganglios linfáticos inflamados (linfadenopatía).

La hinchazón de los ganglios linfáticos puede ser generalizada (que involucra muchas ubicaciones diferentes en el cuerpo) o localizada en varias áreas (por ejemplo, cuello y axila).

Poco después del pródromo, aparece una erupción. Las lesiones generalmente comienzan a desarrollarse simultáneamente y evolucionan juntas en cualquier parte del cuerpo. La evolución de las lesiones progresa a través de cuatro etapas: macular, papular, vesicular, a pustulosa, antes de la costra y la resolución.

Este proceso ocurre durante un período de 2-3 semanas. La gravedad de la enfermedad puede depender de la salud inicial del individuo, la ruta de exposición y la cepa del virus infeccioso (grupos genéticos o clados de virus de África occidental frente a África central). La viruela del mono de África occidental se asocia con enfermedades más leves, menos muertes y transmisión limitada de persona a persona. Las infecciones humanas con el clado del virus de la viruela del mono de África Central suelen ser más graves en comparación con las que tienen el clado del virus de África occidental y tienen una mayor mortalidad. La propagación de persona a persona está bien documentada para el virus de la viruela del mono de África Central.

Enfermedad de la viruela del mono

Periodo de incubación

  • La infección por el virus de la viruela del mono comienza con un período de incubación. Una persona no es contagiosa durante este período.
     
  • El período de incubación promedia 7-14 días, pero puede variar de 5-21 días.
     
  • Una persona no tiene síntomas y puede sentirse bien.

Pródromo

  • Las personas con viruela del mono desarrollarán un conjunto temprano de síntomas (pródromo). Una persona a veces puede ser contagiosa durante este período.
     
  • Los primeros síntomas incluyen fiebre, malestar general, dolor de cabeza, a veces dolor de garganta y tos, y linfadenopatía (ganglios linfáticos inflamados).
     
  • La linfadenopatía es una característica distintiva de la viruela del mono de la viruela.
     
  • Esto generalmente ocurre con el inicio de la fiebre, 1-2 días antes del inicio de la erupción, o rara vez con el inicio de la erupción.
     
  • Los ganglios linfáticos pueden hincharse en el cuello (submandibular y cervical), las axilas (axilares) o la ingle (inguinal) y ocurrir en ambos lados del cuerpo o solo en uno.

Lesiones en la piel

Después del pródromo, se desarrollarán lesiones en la boca y en el cuerpo. Las lesiones progresan a través de varias etapas antes de caerse. Una persona es contagiosa desde el inicio del enantema a través de la etapa de costra.

Nota del editor: Un nuevo artículo en The Lancet Infectious Disease afirma que: "El desprendimiento prolongado de ADN viral del tracto respiratorio superior después de la resolución de la lesión cutánea desafió la guía actual de prevención y control de infecciones." (Ver abajo)

Las lesiones de la viruela del mono suelen formar costras y sanar por sí solas en dos a cuatro semanas. (Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido)
 

Etapas desde el enantema través de la etapa de costra  

Enantema                         

Las primeras lesiones que se desarrollan están en la lengua y en la boca.

Máculas 1−2 días              

Después del enantema, aparece una erupción macular en la piel, comenzando en la cara y extendiéndose a los brazos y las piernas y luego a las manos y los pies, incluidas las palmas de las manos y las plantas de los pies.

La erupción generalmente se propaga a todas las partes del cuerpo dentro de las 24 horas y se concentra más en la cara, los brazos y las piernas (distribución centrífuga).

Pápulas 1−2 días              

Al tercer día de erupción, las lesiones han progresado de macular (plana) a papular (elevada).

Vesículas 1−2 días              

En el cuarto al quinto día, las lesiones se han vuelto vesiculares (elevadas y llenas de líquido claro).

Pústulas  5−7 días              

En el sexto al séptimo día, las lesiones se han vuelto pustulosas (llenas de líquido opaco): agudamente elevadas, generalmente redondas y firmes al tacto (profundamente asentadas).

Las lesiones desarrollarán una depresión en el centro (umbilicación).

Las pústulas permanecerán durante aproximadamente 5 a 7 días antes de comenzar a formar costras.

Costras 7−14 días      

Al final de la segunda semana, las pústulas han formado costras y costras.

Las costras permanecerán durante aproximadamente una semana antes de comenzar a caerse.

Erupción resuelta

Las cicatrices y / o áreas de piel más clara u oscura pueden permanecer después de que las costras se hayan caído. Una vez que todas las costras se han caído, una persona ya no es contagiosa.

 
Preparación y recolección de especímenes

La comunicación efectiva y las medidas de precaución entre los equipos de recolección de muestras y el personal de laboratorio son esenciales para maximizar la seguridad en la manipulación de especímenes de viruela del mono.

Esto es especialmente relevante en entornos hospitalarios, donde los laboratorios procesan rutinariamente muestras de pacientes con una variedad de afecciones infecciosas y / o no infecciosas.

Un sistema de etiquetado debe distinguir claramente todas las muestras, incluidas las de pacientes con viruela del mono que requieren un manejo especial.

Las exposiciones de laboratorio a los poxvirus ocurren principalmente a través de lesiones por pinchazos de aguja, contacto directo con la muestra o aerosoles que pueden generarse mediante procedimientos de laboratorio. Los objetos punzantes no deben incluirse con ninguna muestra y deben eliminarse en recipientes apropiados resistentes a las perforaciones para el autoclave de desechos infecciosos.

La recolección de especímenes puede comenzar después de que se hayan realizado las consultas apropiadas. Los procedimientos y materiales utilizados variarán dependiendo de la fase de la erupción.

Colección de especímenes para el diagnóstico de la viruela del mono

Los posibles casos humanos de viruela del mono deben ser reportados a su epidemiólogo del hospital local y / o al personal de control de infecciones, quien se comunicará con el departamento de salud de su estado.

El personal que recolecta muestras debe usar equipo de protección personal (EPP) de acuerdo con las recomendaciones para precauciones estándar, de contacto y de gotas. Los especímenes deben recolectarse de la manera que se describe a continuación. Cuando sea posible, use materiales de plástico en lugar de vidrio para la recolección de muestras.

La PCR en tiempo real se puede utilizar en el material de la lesión para diagnosticar una posible infección con el virus de la viruela del mono.

La consulta con el departamento de salud estatal y los CDC debe realizarse antes de recolectar las muestras.

Se debe tomar una muestra de más de una lesión, preferiblemente de diferentes ubicaciones del cuerpo y / o de lesiones con diferentes apariencias. Consulte las pruebas de detección molecular de poxvirus y serología de poxvirus en el Directorio de pruebas de los CDC para obtener instrucciones de almacenamiento, embalaje y envío de muestras.

Tratamiento

En este momento, no hay tratamientos específicos disponibles para la infección por viruela del mono, pero los brotes de viruela del mono se pueden controlar.

La vacuna contra la viruela, el cidofovir, el ST-246 y la inmunoglobulina vaccinia (VIG) se pueden usar para controlar un brote de viruela del mono. La guía de los CDC se desarrolló utilizando la mejor información disponible sobre los beneficios y riesgos de la vacunación contra la viruela y el uso de drogas para la prevención y el manejo de la viruela del mono y otras infecciones por orthopoxvirus.

> Vacuna contra la viruela del mono y la viruela

Una vacuna, JYNNEOSTM (también conocida como Imvamune o Imvanex), ha sido autorizada en los Estados Unidos para prevenir la viruela del mono y la viruela. Debido a que el virus de la viruela del mono está estrechamente relacionado con el virus que causa la viruela, la vacuna contra la viruela también puede proteger a las personas de contraer la viruela del mono. Datos anteriores de África sugieren que la vacuna contra la viruela es al menos 85% efectiva para prevenir la viruela del mono. La eficacia de JYNNEOSTM contra la viruela del mono se concluyó a partir de un estudio clínico sobre la inmunogenicidad de JYNNEOS y los datos de eficacia de estudios en animales. Los expertos también creen que la vacunación después de una exposición a la viruela del mono puede ayudar a prevenir la enfermedad o hacerla menos grave.

ACAM2000, que contiene un virus vaccinia vivo, está autorizada para la inmunización en personas que tienen al menos 18 años de edad y tienen un alto riesgo de infección por viruela. Se puede usar en personas expuestas a la viruela del mono si se usa bajo un protocolo de investigación de nuevos medicamentos de acceso ampliado.

La vacuna contra la viruela no está actualmente disponible para el público en general. En el caso de otro brote de viruela del mono en los Estados Unidos, los CDC establecerán pautas que expliquen quién debe vacunarse.

Guía de la vacuna contra la viruela del mono y la viruela

Cuando se administran adecuadamente antes de la exposición a la viruela del mono, las vacunas son efectivas para proteger a las personas contra la viruela del mono.

ACAM200 y JYNNEOSTM (también conocidas como Imvamune o Imvanex) son las dos vacunas actualmente autorizadas en los Estados Unidos para prevenir la viruela. JYNNEOS también tiene licencia específica para prevenir la viruela del mono.

ACAM2000 se administra como una preparación de virus vivo que se inocula en la piel pinchando la superficie de la piel. Después de una inoculación exitosa, se desarrollará una lesión en el sitio de la vacunación. El virus que crece en el sitio de esta lesión de inoculación puede propagarse a otras partes del cuerpo o incluso a otras personas. Las personas que reciben la vacuna con ACAM2000 deben tomar precauciones para prevenir la propagación del virus de la vacuna.

JYNNEOSTM se administra como un virus vivo que no se replica. Se administra como dos inyecciones subcutáneas con cuatro semanas de diferencia. No hay una "toma" visible y, como resultado, no hay riesgo de propagación a otras partes del cuerpo u otras personas. Personas que reciben JYNNEOS TM no se consideran vacunadas hasta que reciban ambas dosis de la vacuna.

Los CDC, en conjunto con el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés), brindan recomendaciones sobre quién debe recibir la vacuna contra la viruela en un entorno que no sea de emergencia. En este momento, se recomienda la vacunación con ACAM2000 para los laboratorios que trabajan con ciertos orthopoxvirus y personal militar. El ACIP está evaluando actualmente JYNNEOSTM para la protección de las personas en riesgo de exposición profesional a los ortopoxvirus en un entorno previo al evento.

Eficacia de la vacuna

Debido a que el virus de la viruela del mono está estrechamente relacionado con el virus que causa la viruela, la vacuna contra la viruela puede proteger a las personas de contraer la viruela del mono. Datos anteriores de África sugieren que la vacuna contra la viruela es al menos 85% efectiva en la prevención de la viruela del mono. La eficacia de JYNNEOSTM contra la viruela del mono se concluyó a partir de un estudio clínico sobre la inmunogenicidad de JYNNEOS y los datos de eficacia de estudios en animales.

Las vacunas contra la viruela y la viruela del mono son efectivas para proteger a las personas contra la viruela del mono cuando se administran antes de la exposición a la viruela del mono. Los expertos también creen que la vacunación después de una exposición a la viruela del mono puede ayudar a prevenir la enfermedad o hacerla menos grave.

Recibir la vacuna después de la exposición al virus de la viruela del mono

La vacunación después de la exposición al virus de la viruela del mono todavía es posible. Sin embargo, cuanto antes una persona expuesta reciba la vacuna, mejor.

Los CDC recomiendan que la vacuna se administre dentro de los 4 días posteriores a la fecha de exposición para prevenir la aparición de la enfermedad. Si se administra entre 4 y 14 días después de la fecha de exposición, la vacunación puede reducir los síntomas de la enfermedad, pero puede no prevenir la enfermedad.

Las vacunas contra la viruela y la viruela del mono son efectivas para proteger a las personas contra la viruela del mono cuando se administran antes de la exposición a la viruela del mono. Los expertos también creen que la vacunación después de una exposición a la viruela del mono puede ayudar a prevenir la enfermedad o hacerla menos grave.

Revacunación después de la exposición

Las personas expuestas al virus de la viruela del mono y que no han recibido la vacuna contra la viruela en los últimos 3 años, deben considerar vacunarse.

Cuanto antes la persona reciba la vacuna, más efectiva será para proteger contra el virus de la viruela del mono.

Riesgos de la vacuna vs. enfermedad de la viruela del mono

Para la mayoría de las personas que han estado expuestas a la viruela del mono, los riesgos de la enfermedad de la viruela del mono son mayores que los riesgos de la vacuna contra la viruela o la viruela del mono.

La viruela del mono es una enfermedad grave. Causa fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, ganglios linfáticos inflamados, una sensación general de incomodidad, agotamiento y erupción cutánea severa. Los estudios de la viruela del mono en África Central, donde las personas viven en áreas remotas y están médicamente desatendidas, mostraron que la enfermedad mató al 1-10% de las personas infectadas.

En contraste, la mayoría de las personas que reciben la vacuna contra la viruela o la viruela del mono solo tienen reacciones menores, como fiebre leve, cansancio, glándulas inflamadas y enrojecimiento y picazón en el lugar donde se administra la vacuna. Sin embargo, estas vacunas también tienen riesgos más graves.

Sobre la base de la experiencia pasada, se estima que entre 1 y 2 personas de cada 1 millón de personas vacunadas morirán como resultado de complicaciones potencialmente mortales de la vacuna.

Cidofovir y Brincidofovir (CMX001)

No se dispone de datos sobre la efectividad de Cidofovir y Brincidofovir en el tratamiento de los casos humanos de viruela del mono. Sin embargo, ambos han demostrado actividad contra los poxvirus en estudios in vitro y en animales.

Se desconoce si una persona con infección grave por viruela del mono se beneficiará o no del tratamiento con cualquiera de los antivirales, aunque su uso puede considerarse en tales casos. Brincidofovir puede tener un perfil de seguridad mejorado sobre Cidofovir. No se ha observado toxicidad renal grave u otros eventos adversos durante el tratamiento de las infecciones por citomegalovirus con Brincidofovir en comparación con el tratamiento con Cidofovir.

Tecovirimat (ST-246)

No se dispone de datos sobre la efectividad de ST-246 en el tratamiento de los casos humanos de viruela del mono.

Los estudios que utilizan una variedad de especies animales han demostrado que ST-246 es eficaz en el tratamiento de la enfermedad inducida por orthopoxvirus. Los ensayos clínicos en humanos indicaron que el medicamento era seguro y tolerable con solo efectos secundarios menores.

Inmunoglobulina Vaccinia (VIG)

No se dispone de datos sobre la efectividad de la VIG en el tratamiento de las complicaciones de la viruela del mono. El uso de VIG se administra bajo un IND y no tiene ningún beneficio comprobado en el tratamiento de las complicaciones de la viruela. Se desconoce si una persona con infección grave por viruela del mono se beneficiará del tratamiento con VIG, sin embargo, su uso puede considerarse en tales casos.

La VIG se puede considerar para uso profiláctico en una persona expuesta con inmunodeficiencia grave en la función de las células T para la cual la vacunación contra la viruela después de la exposición a la viruela del mono está contraindicada.

Duración de los procedimientos de aislamiento

Las decisiones con respecto a la interrupción de las precauciones de aislamiento deben tomarse en consulta con el departamento de salud local o estatal.

Para las personas con viruela del mono, las precauciones de aislamiento, ya sea en centros de salud o en entornos domésticos, deben continuarse hasta que todas las lesiones se hayan resuelto y se haya formado una nueva capa de piel.

Tras la interrupción de las precauciones de aislamiento, las personas afectadas deben evitar el contacto cercano con personas inmunocomprometidas hasta que desaparezcan todas las costras.

Las personas inmunocomprometidas incluyen aquellas cuyos mecanismos inmunológicos son deficientes debido a:

  • Trastornos inmunológicos (por ejemplo, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH] o síndrome de inmunodeficiencia congénita).
     
  • Enfermedades crónicas (por ejemplo, diabetes, cáncer, enfisema o insuficiencia cardíaca).
     
  • Terapia inmunosupresora (por ejemplo, radiación, quimioterapia citotóxica, medicamentos contra el rechazo o esteroides).

Monitoreo de personas que han estado expuestas

Los contactos de animales o personas confirmadas con viruela del mono deben ser monitoreados para detectar síntomas durante 21 días después de su última exposición.

Los síntomas de preocupación incluyen:

  • Fiebre ≥ 100.4°F (38°C)
  • Escalofríos
  • Linfadenopatía nueva (periauricular, axilar, cervical o inguinal)
  • Nueva erupción cutánea

La fiebre y la erupción cutánea ocurren en casi todas las personas infectadas con el virus de la viruela del mono.

Los contactos deben ser instruidos para controlar su temperatura dos veces al día.

Si se desarrollan síntomas, los contactos deben autoaislarse inmediatamente y comunicarse con el departamento de salud para obtener más orientación.

  • Si se desarrolla fiebre o sarpullido, los contactos deben autoaislarse y comunicarse con su departamento de salud local o estatal de inmediato.
     
  • Si solo se desarrollan escalofríos o linfadenopatía, el contacto debe permanecer en su residencia y autoaislarse durante 24 horas.
     
  • Durante este tiempo, el individuo debe controlar su temperatura para detectar fiebre; si se desarrolla fiebre o erupción cutánea, se debe contactar al departamento de salud de inmediato.
     
  • Si no se desarrolla fiebre o erupción cutánea y persisten escalofríos o linfadenopatía, el contacto debe ser evaluado por un médico para determinar su posible causa. Los médicos pueden consultar con los departamentos de salud de sus estados si se sospecha de viruela del mono.
     
  • A los contactos que permanecen asintomáticos se les puede permitir continuar con las actividades diarias de rutina (por ejemplo, ir al trabajo, a la escuela). Los contactos no deben donar sangre, células, tejidos, leche materna, semen u órganos mientras estén bajo vigilancia de los síntomas.

Monitoreo de profesionales de la salud expuestos

Cualquier trabajador de la salud que haya atendido a un paciente con viruela del mono debe estar alerta al desarrollo de síntomas que podrían sugerir una infección por viruela del mono, especialmente dentro del período de 21 días después de la última fecha de atención, y debe notificar al control de infecciones, la salud ocupacional y el departamento de salud para ser guiado sobre una evaluación médica.

Los trabajadores de la salud que tienen exposiciones sin protección (es decir, no usan EPP) a pacientes con viruela del mono no necesitan ser excluidos del trabajo, pero deben someterse a una vigilancia activa de los síntomas, que incluye la medición de la temperatura al menos dos veces al día durante 21 días después de la exposición. Antes de presentarse al trabajo todos los días, el trabajador de la salud debe ser entrevistado con respecto a la evidencia de fiebre o sarpullido.

Los trabajadores de la salud que han cuidado o han estado en contacto directo o indirecto con pacientes con viruela del mono mientras se adhieren a las precauciones recomendadas de control de infecciones pueden someterse a un autocontrol o monitoreo activo según lo determine el departamento de salud.

La transmisión de la viruela del mono requiere una interacción cercana prolongada con un individuo sintomático. Las interacciones breves y las realizadas con EPP apropiado de acuerdo con las precauciones estándar no son de alto riesgo y generalmente no justifican la EPP.

Actualización

Anuncio de los CDC 24 MAY 22

EE. UU. posee vacunas contra la viruela del mono para la población susceptible

Tienen cerca de mil dosis de la vacuna JYNNEOS, de virus vivo pero con la capacidad de suprimir la replicación viral. También cuentan con 100 mil unidades de un compuesto anterior.

Autoridades de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. anunciaron que planean distribuir vacunas contra la viruela del mono y tratamientos médicos a los contactos cercanos de personas infectadas. El anuncio fue hecho luego de que se informaran sobre cinco casos confirmados y probables en el país.

En términos de suministro, EE. UU. tiene cerca de mil dosis del compuesto JYNNEOS, una vacuna aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para la viruela común y la viruela del mono "y se espera aumentar ese nivel rápidamente en las próximas semanas a medida que la compañía nos provee más dosis", explicó Jennifer McQuiston, directora adjunta de la División de Patógenos y Patologías de Consecuencias Graves.

También se cuenta con cerca de 100 millones de dosis de una vacuna de una generación anterior llamada ACAM2000. Ambas  usan virus vivos pero solo JYNNEOS suprime la capacidad de replicación del virus, haciéndola la opción más segura, según McQuiston.

De acuerdo con la FDA, la vacuna JYNNEOS, está indicada para individuos de a partir de 18 años que presentan alto riesgo frente a la viruela y la viruela símica.

Situación epidemiológica en EE. UU.

Existe una infección confirmada en Massachusetts, y otros cuatro casos probables de personas infectadas con orthopoxvirus - de la misma familia a la que pertenece la viruela del mono- según afirmaron en rueda de prensa funcionarios de los CDC.

“Se presume que todos los casos sospechosos son por viruela símica, y están en proceso de confirmación en la sede central de los CDC”, dijo McQuiston. Uno de los casos con orthopoxvirus se encuentra en Nueva York, otro en Florida y los dos restantes en Utah. Todos son hombres.

La secuencia genética del caso en Massachusetts coincide con la de un paciente en Portugal y pertenece a una cepa del oeste de África, la menos agresiva de las dos cepas de viruela del mono existentes.

"Justo ahora esperamos maximizar la distribución de vacunas a quienes sabemos que pueden beneficiarse de ellas", aseguró McQuiston, según consignó la agencia AFP. Es decir, "a personas que han tenido contacto con un paciente de viruela del mono, trabajadores de la salud, sus contactos más cercanos, y en particular aquellos que pueden estar en alto riesgo de enfermedad severa".

Las personas inmunocomprometidas o que tienen condiciones cutáneas particulares, incluyendo eczema, son de alto riesgo, añadió John Brooks, médico epidemiólogo.

La transmisión de la viruela del mono ocurre a través de contacto cercano y sostenido con alguien que presenta una erupción cutánea activa, o también por microgotas respiratorias de alguien con lesiones de la enfermedad en su boca y que está cerca de otras personas por un tiempo considerable.

El virus puede causar erupciones en la piel, con lesiones que se presentan en ciertas partes del cuerpo, o expandirse de manera más general. En algunos casos, en etapas tempranas, una erupción puede iniciar en los genitales o en el área perianal.

Mientras los científicos están preocupados por el creciente número de casos en todo el mundo y que potencialmente indicarían un nuevo tipo de transmisión, McQuiston dijo que por ahora no hay evidencia que sustente dicha teoría.

En cambio, el número creciente de casos podría estar relacionado con algunos eventos específicos de contagio, como las recientes fiestas masivas en Europa.

Los CDC también están desarrollando una guía de tratamiento para permitir el despliegue de los antivirales tecovirimat y brincidofovir, ambos con licencia para el tratamiento de la viruela.


Actualización
Fuente: 
Clinical features and management of human monkeypox: a retrospective observational study in the UK. Hugh Adler, PhD, Susan Gould, Paul Hine, et al. The Lancet Infectious Diseases. DOI:https://doi.org/10.1016/S1473-3099(22)00228-6